¿Dónde estamos parados?

Unas líneas introspectivas… Varias citas, pero unidas… ahí vamos

(…)

Nuestra vida transcurre. Tenemos –todos– nuestros quilombos, nuestras metas, nuestro karma a resolver, nuestra vida cotidiana, nuestra inercia personal… A veces nos quejamos, pero antes tendríamos que preguntarnos dónde estamos parados. Empecé a pensar en todo esto cuando me topé con esta foto:

La imagen dice: “Si tenes comida en tu heladera, ropa para vestirte, un techo sobre tu cabeza y un lugar para dormir, sos más rico que el 75% del mundo. Si tenes plata en el banco, en tu billetera y un poco de cambio de sobra, estás entre el 8% de los más ricos. Si te despertaste esta mañana con más salud que enfermedad, estás más bendecido que el otro millón de personas que no llegarán al final de esta semana. Si nunca experimentaste el peligro de estar en batalla, la agonía de ser prisionero o de la tortura, y los horribles retorcijones de la inanición, entonces sos más suertudo que otras 500 millones de personas que viven sufriendo. Y sin podes leer este mensaje, sos aún más afortunado que otras 3 billones de personas en el mundo que no pueden leerlo en absoluto.”

Y ahí me vuela la cabeza… Unos datos que te giran tu vida 180° y te ponen todo en otra perspectiva. ¿Estaba todo tan mal? Honestamente, creo que no. Mal de muchos, consuelo de tontos dice la frase. Y si bien puede ser cierto, yo me puse feliz al saber dónde estaba parado. Y ciertamente estoy parado en un lugar donde puedo explotar mi potencial humano, ser proactivo, y en lo posible, tratar de que otros ejerzan el derecho a explotar su potencial, cumplir sus proyectos de vida. ¿Qué estoy haciendo de mi vida? Cada vez creo más que aquellos parados de este lado de semejante contradicción humana no podemos permanecer ajenos a esta situación.

Sin embargo, si esto no es suficiente para despertar, en ésta nota me enteré de que “el “World Ultra Wealth Report 2011” –Informe Mundial de Ultra Riqueza 2011– define como Ultra High Net Worth Individuals (Uhnwi) –“ultra ricos”– a personas con activos superiores a 30 millones de dólares, –Sí, sí… U$S 30.000.000…– sin contabilizar sus casas y bienes de colección (obras de arte, entre otros) y de consumo durable (autos, aviones, yates)

Según el último reporte, con datos compilados a partir de más de 1100 fuentes en 109 países, en 2011 había en todo el mundo 185.795 Uhnwi con una riqueza global de 25 billones de dólares. De ese total, 57.860 estaban en Estados Unidos y 54.325 en Europa. Esos 25 billones de dólares duplican el PIB de la Unión Europea de 27 países, y también son dos veces el Producto de Estados Unidos. Esa inmensa fortuna equivale entonces a casi la mitad del PIB mundial, y está concentrada en apenas 185.795 personas, el 0,002 por ciento de la población mundial. Brasil lidera la tabla en América latina, con 4725 ultra ricos, seguido por México, con 2900, cerrando el podio Argentina, con 1050.”

Tristísimo, tanta concentración de plata… y un mundo paralelo… donde esa plata, bien utilizaba, cambiaría la matriz energética mundial por energías renovables, daría salud pública mundial, llenaría de bibliotecas todos los pueblos, fomentaría el desarrollo local. Otra sociedad…

Al final, hay un río con 2 orillas: de un lado podemos explotar nuestro potencial humano, del otro lado, se van muriendo de a poco. Y en el medio un botecito con “ultra ricos” con caretas de carnaval tapándoles la cara, mirando al 99,998% de la población mundial pasando de una orilla que se va vaciando, de gente despistada que no puede ver lo que está pasando, hacia la otra orilla, colmada de gente…

El tema de fondo acá es qué hacer ahora con este baldazo de agua fría informacional que acabo de adquirir en mi vida. ¿Sigo con mi rutina? Al parecer, la mayoría de la gente no puede salirse de la rutina, ya sea porque a) es una rutina de subsistencia (tener que salir a buscar agua con un balde en el medio de un área desertificada durante todo el día), o b) por ser una rutina alienada, aquellos insertos en el sistema, que viven para trabajar, comprar, mantener, vender, comprar, morir, y la vida les pasó de largo…

Después está la minoría de la gente. Minoría que está divida en dos grupos totalmente polarizados. Uno, el que representa al 0,002% de la población mundial, que tienen la plata en mano y manejan el mundo cual partida de T.E.G., y el otro grupo minoritario, que tiene la posibilidad intelectual y material de cambiar el sistema, por el hecho de SABER y poder actuar proactivamente, ejercer el potencial humano.

“En la actualidad, según diversos eruditos sobre los procesos generativos de la percepción humana, se estima que un porcentaje concreto de la humanidad transita un ciclo evolutivo que será un factor determinante de notables cambios de fondo y de forma en las generaciones venideras. Uno de esos trabajos, realizado por el psicoterapeuta estadounidense Ken Wilber, sostiene que hoy en día un 2% de nuestra especie posee una consciencia que denomina integral, es decir, basada en un entendimiento “entero” (holista o sistémico) del fenómeno de la materia, la vida, la mente y el espíritu, no únicamente en un encuadre planetario sino a la vez en una perspectiva cósmica.

En si misma, dicha cifra luce pequeña (minoritaria), pero si se considera que la Tierra está ahora poblada por 6.500 millones de personas, ella equivale a 130 millones de mujeres y hombres adultos. Asimismo, consigna el mismo pensador, un 20% de la humanidad se halla en una neta situación de permeabilidad frente a las percepciones de los impulsores de esa psicología integral. O sea, 1.300 millones de personas. Lo cual no podrá considerarse como una “minoría””. – Miguel Grinberg. Somos la gente que estábamos esperando. Eco-civilización y espiritualidad. Ed. Kier. 2006. Pág. 71.

Entonces, uno piensa… ¿como podemos cambiar el mundo siendo tan pocos los que pueden arrancar el cambio? ¿Cómo hacerlo? Grinberg nos deja ver que esa situación de permeabilidad de quienes nos rodean es, justamente, la clave: charlando del tema, pasando información, hablando con amigos, haciéndonos escuchar, comienza a gestarse el cambio.

Un profesor de la facultad nos dijo hace poco: Aquel que posee libertad, pero no la ejerce de manera proactiva, no está haciendo nada con ella, y es lo mismo que no poseerla. En cambio, quien posee libertad y la ejerce proactivamente, es una persona que aprovecha su potencial. En realidad, él dijo que quien no ejerce su libertad es un ser mediocre… pero me pareció un poco fuerte, si bien no escapa del todo de la realidad…

Por ende, nuevamente el planteo inicial… ¿dónde estamos parados?

Siento que es tiempo de tomar partido, de ejercer nuestra libertad, de hacernos escuchar, de convocar a ese 20%… ¡¡y al 30, al 40 y al 50%  también!! Empezar a incubar ideas. Juntarnos entre todos, buscarle la vuelta…

Mark Twain decía “Mantente alejado de aquellas personas que intenten rebajar tus ambiciones. Las personas pequeñas siempre hacen eso, en cambio las personas grandes te hacen sentir que vos también podes ser grande. Cuando uno busca cristalizar grandes planes, es importante con quienes uno se asocia regularmente. Frecuenta amigos que tengan tu misma sincronía y que estén también diseñando vidas llenas de propósitos. De la misma forma, trata de ser ese tipo de amigo para tus amigos.”

Y en su libro “Dare to connect” (Atreverse a conectarse), Susan Jeffers concluye: “ Pienso que es propio de nuestra naturaleza querer conectarnos. Partir de lo más profundo de nuestro ser y expandirlo hacia la familia y los amigos, el trabajo, la comunidad, y finalmente hacia el planeta entero, creo que nos permitirá asumir algo que naturalmente está en nosotros y el mundo que nos rodea. Creo que aunque nuestra educación se basa en la competencia, nuestras almas sin embargo se abrazan entre sí. Lo único que nos detiene son las enseñanzas erróneas de una sociedad que ha perdido su camino”.

Nosé, son solo ideas… son solo ideas introspectivas…

Saludos,

Brian Longstaff.-

Ploff: No es ambientalismo, es cambiar al mundo.

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