Día del Árbol
¿Qué otra cosa es un árbol más que libertad? canta agónicamente Gustavo Cerati en su tema “Raíz”. Si bien las interpretaciones quedan a gusto de cada uno, a mi me gusta pensar en una libertad de elección en cuento a los significados que cada ser vivo encuentra en un árbol.
Para el ecosistema, el árbol es un regulador, intercambia materia y energía. El otoño lo desnuda, brindándole nutrientes al suelo para la primavera que vendrá… El pino es la laringe del viento, opina John Eastman, escritor norteamericano. Un ave pasa días construyendo su nido; sus raíces retienen el agua, ayudando que la vida prolifere. Para un afortunado de la clase media, un árbol puede dar sombra para disfrutar de un buen libro al caer el sol. Para la hormiga, es su torre de marfil.
Sin embargo, para un adolescente en el desierto, un árbol implica la posibilidad de encontrar agua para su familia.
Creo que por esto último es que mi abuelo, Wewo (Jorge Pablo Howard para la sociedad), decía que la libertad hoy es un hecho económico. Los marginados ambientales, que pasan el día luchando contra condiciones climáticas extremas y una falta total de recursos básicos para vivir, están privados de esa libertad; la libertad de relajarse bajo el árbol sin mayor preocupación que seguir sus metas y encontrarle un sentido a su vida. Pero son muchos los que se ven privados de ejercer ese privilegio por falta de plata. Se les expropia la vida.
Si el árbol es libertad y nuestra sociedad la percibe como algo económico, entonces lo único que importa es la madera que pueda vender en el mercado y nada más. Pero si los árboles son en verdad amortiguadores del deterioro ambiental, debería surgir una política pública ambiental que los proteja.
Los orgnizadores de Ecoclub Capital, una agrupación con más de 20 años de trayectoria en conscientización ambiental, nos invitaron a adherirnos por una Ciudad con políticas fuertes para el Arbolado Urbano. Con motivo del “Día del Árbol”, que se celebra este 29 de agosto hace 111 años a nivel nacional, confeccionaron un Manifiesto Por El Arbolado Urbano, que compartimos con ustedes acá, para intentar revertir una cifra horrible: la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene 1,8 m2 de área verde por habitante, cuando la O.M.S. estableció que cada ciudad debía tener 9 m2 como proporción mínima.
En el manifiesto, se señalan todos los beneficios del arbolado urbano como así también algunas propuestas, como la precaución de plantar árboles nativos de nuestro ecosistema, para intentar, utópicamente, volverlo a su estado natural.
Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo, confía Eduardo Galeano.
Un saludo sincero,
Brian Longstaff.-
Alexander Longstaff ago 29 , 2012 at 11:01 11Wed, 29 Aug 2012 11:01:41 +000041. /
Excelente