“Según un viejo refrán, es mejor viajar con esperanza que llegar. El afán por descubrir alimenta la creatividad en todos los campos, no solo en la ciencia. Si llegáramos a la meta, el espíritu humano se marchitaría y moriría. Pero no creo que nunca nos lleguemos a detener: creceremos en complejidad, sino en profundidad, y siempre nos hallaremos en el centro de un horizonte de posibilidades en expansión.” – Stephen Hawking

Hace años leí esta frase y me enseñó a reinventarme cuantas veces pudiera con tal de seguir en movimiento, no estancarme, no conformarme con la rutina.

Muchas veces, a aquellos que mantienen una postura positiva u optimista con respecto a los cambios socioeconómicos que implican crear –o enmendar- una relación simbiótica con la naturaleza, reciben la misma pregunta por parte del escéptico… ¿Cómo piensan lograrlo? ¿Cómo piensan cambiar el mundo?

Se sorprenden algunos al escuchar que claramente NO SÉ cómo vamos a hacer para cambiar el mundo, ese es el desafío, y la esperanza está puesta en poder hacerlo. Tener como objetivo un estilo de vida en sociedad y de carácter sustentable es el horizonte, lo que sirve para guiarse y no necesariamente para ser alcanzado. Cómo lograrlo es un llamado a toda la sociedad a poner manos a la obra.

“El problema tiene que ver con la voluntad. El simple hecho de hacer bien el trabajo no es suficiente. (…) El secreto está en saber que el trabajo está siendo bien hecho.” – Fred Alan Wolf – Taking the Quantum Leap, 1989.

Entonces, disfrutemos del hecho de tener un potencial transformador latente en cada uno de nosotros, ya sea cambiando hábitos de consumo, estudiando la naturaleza activamente para poder comprenderla, expresando arte de concientización, charlando y debatiendo en cada circulo de gente que nos encontramos. Plantear la realidad para transformarla, no para temerle.

“Estamos convencidos de que el mundo puede salvarse. Por grave que pueda parecer la problemática humana, existe un aspecto positivo. Estos problemas no fueron causados por hechos cósmicos ajenos al control del Homo Sapiens. Son el resultado de una mala gestión humana, en gran parte debida a la discrepancia entre nuestra vieja mentalidad y el nuevo mundo, un mundo nuevo creado por nuestra vieja mentalidad. Los seres humanos nos hemos metido en este lío y nosotros debemos resolverlo. Así pues, cuando la gente nos pregunta si somos optimistas o pesimistas, siempre respondemos que somos optimistas respecto a lo que puede conseguirse, pero más bien pesimistas acerca de si la humanidad se esforzará en conseguirlo.

El motivo de nuestro optimismo es histórico. Dada la voluntad política y social, la historia reciente nos ha demostrado que las sociedades pueden experimentar una rápida y dramática transformación.

Esperamos que sea usted el tipo de ciudadano capaz de transmitir estos mensajes a sus representantes políticos, o de dedicarse usted mismo a la política. Le pedimos que <>, invirtiendo al menos una décima parte de su tiempo a informarse sobre la problemática humana y a tratar de crear un mundo mejor para usted y sus descendientes. Sólo un movimiento masivo puede resolver la crisis de la población, los recursos y el medio ambiente antes de que sea demasiado tarde.” – Paul R. Ehrlich y Anne H. Ehrlich, “La explosión demográfica. El principal Problema Ecológico. Capítulo XII: Lo que Usted puede hacer”. Ed. Biblioteca Científica Salvat. 1993. Págs. 253/4 y 257

(La negrita es mía)

Hasta la próxima semana,

Brian Longstaff.-

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