Carta a mi Abuela
Hace unos días abrí una carta que me escribió mi abuela cuando recién despuntaba el año nuevo. Ella goza de sus 94 años con una jovialidad de espíritu de 21, y es un bicho nocturno, hábito heredado sin duda por sus nietos. Escribió la carta durante la madrugada previa a que yo me vaya de mi casa hacia La Pampa; otro exilio más en la rueda del Ka, y por segunda vez hacia esos lares en un deja-vú continuo que no tiene fin. Con ella mantenemos ese vínculo mágico de antaño… más allá de los grupos de WhatsApp, los Inbox de FB, los mails… no hay nada como fluir con la caligrafía de un ser querido, meterse en su prosa, imaginar su voz, y escribirle de vuelta. El Momento que uno se genera para responder es muy puro, y no está influenciado por la fugacidad emocional con la que respondemos millares de mensajes casi por inercia con nuestros dedos a través del golpeteo en la pantalla del celular.
Al releerla, leí la carta a mi abuela y algo más; leí una “carta genérica” a una abuela, no a la mía, sino a cualquier abuela, a muchas abuelas. Leí una carta de alguien nacido en el 86’, dirigida a alguien nacido en el ’21. El nieto, llegando a los 30, le escribe a la abuela, que ya paso sus 90, acerca de la vida, el universo, y las decisiones tomadas . . .
Querida Wewa,
Que alegría es leerte, recordar con sensación de “justito ahora” tu voz a través de tu caligrafía. Espero tener tan bello trazo cuando yo tenga mis 94 años. Yo no sé porque siento querer vivir unos cien. ¡Qué sensación de viajar en el tiempo! Me escribiste en la madrugada en que me fui. Espero que nos hayamos compartido lo suficiente. Lamento que siempre esté acelerado. Estoy aprendiendo a serenarme…
Es cierto que ya debiera saber, hacia mis 30 años, y saberlo hasta dormido, dónde estoy parado, pero creeme Wewita que cumplir 30 en el 2016 es mucho más difícil que hacerlo en 1951. En aquel entonces, en los años 50’s había alrededor de 2,5 billones de personas y hoy en día estamos pasando los 8 billones, es decir, 8.000.000.000 de seres humanos luchando por la misma torta que se viene descuajeringando desde el virreinato y unos 350 años antes que eso y más aún también. Ergo, en los años 50’s era más estadísticamente probable tener la vida resuelta hacia los 30 años, pero hoy ya no, ya que en los últimos 25 años la población creció tanto como lo hizo en toda su historia…
Ante la obviedad de que somos más en el mundo y los recursos son los mismos, cabe preguntarse si lograr tan sólo “el sustento” es el fin último para un ser humano nacido en estos tiempos de la larga línea evolutiva del planeta. En esta nueva búsqueda, que va más allá del sustento como fin último, se re-encuentra el afecto, la libertad, la identidad, el entendimiento, la creatividad, la participación, el ocio. Quizás mi vida se termine de definir a los 40. Pero algo te prometo, y es al menos llegar a conocerme en el camino. Bajo ningún concepto deseo llegar a mis 50 años sin saber quién soy, habiendo olvidado mi esencia o, peor, sabiendo que No estoy siendo yo pero no teniendo el valor de cambiarlo.
La falta de coraje que llega a los 50 años en los seres humanos de la generación actual –la generación de Nuestros Padres y la de Vuestros Hijos-, es producto de no haber cultivado el coraje moral a tiempo, de no haber entrenado al cuerpo, a la mente y al espíritu a reconocer su instinto como aliado en esa búsqueda; ejercitación de vida que únicamente puede lograrse en los años de mayor “permeabilidad” de los individuos. Esta etapa de maduración personal y emocional consta de dos etapas. Una PRIMERA etapa social/educativa y una SEGUNDA etapa personal/activa. En ambas etapas es esencial mantenerse sincero con uno mismo y cultivar su sentido crítico de la vida. La primera etapa es de la escuela a la universidad, aproximadamente de los 10 a los 20 años; y la segunda etapa es de la universidad al mundo, de los 20 a los 30. Algo así como una etapa de maduración emocional y personal de los 10 a los 30 años.
Yo tuve mucha suerte: excelente educación, cultura de valores, calor familiar, principios, todo sentó las bases para querer ser un Hombre de Bien, algo que seguramente Wewo definiría como verdadera hombría o un noble sentido de la vida. Por supuesto que una “hombría” no en sentido machista, sino como cualidad del Ser un Humano. Y “noble”, no por un ilustre linaje ni herencia (ahora sé que esas son patrañas), sino por sus otras definiciones: honrado, generoso, sincero, leal, sobresaliente por su valor o calidad, digno de estima por su categoría moral. Y como tal, en mi segunda etapa de maduración personal/activa, decidí ejercer esa hombría intentando convertir mis valores en actos.
Absolutamente todos mis ires y venires son a sabiendas de que forman parte de un plan mayor. Estas cuestiones las sé aun estando dormido así que no temas pues mi rumbo no es incierto. Y mis ires y venires me van llevando por lugares y personas y situaciones que jamás me hubiese imaginado encontrarme. Cultivar el coraje moral sirve para animarte sacarle el mayor jugo a toda vivencia, más que intentar aferrarte a ficticios estados de seguridad.
Conozco MUCHAS personas de 50, 60 años, que a sus 20, 30 años, creían tener su vida resuelta, sólo para sumergirse luego en un pozo depresivo gigante, producto de no haber practicado jamás “el desapego” en ninguna esfera de sus vidas, inmovilizándolos a actuar, a adaptarse, a resurgir reinventándose a ellos mismos. Sé que me he reinventado media docena de veces a lo largo de lustros e interprovincialmente, pero no dudo ni medio segundo en que estoy aprovechando al máximo mi condición de ser humano en el siglo XXI, y que a mis 50 seré sólidamente mí mismo; una integración de todos mis yoes, sin suprimir ni ignorar a ninguno. Así que te repito para tu mayor tranquilidad: No Estoy Perdido. Perdido es no saber quién sos…
Y yo sé cuál es mi camino. Decirte que “veré donde estoy parado y qué hacer de mi vida” es más bien subir al mástil del velero viajero y evaluar la dirección de los vientos, es analizar mi próxima jugada en este embrollo que es vivir en este mundo, teniendo un sustento obtenido de alguna forma alternativa que no implique necesariamente hipotecar los sueños y convicciones de uno. ¡¡¡Trabajar desde este enfoque nunca es “ir hacia abajo”!!! (Sino, No sería un hombre de bien y, ahí sí, que me parta un rayo). Vos lo dijiste: “Yo soy Yo, y mis circunstancias”.
Tenes la obligación moral y el derecho de decirme lo que sentís, es cierto, pero el oído de tu nieto está también a la escucha. Gracias, por todos tus consejos. Tu nieto los escucha.
No te preocupes por la edición de mi libro. Sé que eventualmente se dará. Hoy sé que lo que tiene importancia es escribirlo para mí, para concretar sentimientos de completitud, para refrescarme y sanar cosas mías. En el libro de Sabato que me regaló Mamá dice: “Quizás la gran obra de arte tiene menos importancia en sí misma que en la prueba que exige a un hombre y la ocasión que le proporciona de vencer a sus fantasmas y de acercarse un poco más a su realidad desnuda”.
Ya vez, que editar y vender y saltar al estrellato no son para nada mis objetivos finales. En el hoy, tan sólo quiero disfrutar del proceso creativo, reconociéndome como afortunado en el mundo por siquiera intentarlo. Y el sustento, ¡ah, sí!, el vil metal, como decía Wewo. No te preocupes que de hambre no he de morir (medio Pan y un Libro, como enunciaba García Lorca) y siempre trabajaré de lo que sea para salir adelante. Limpiar casas, ser un mozo, dar clases de inglés, Todo es Digno si se hace como un acto meditativo. Al respecto, y astutamente, Sabato declara:
“Literatura y Prostitución: ¿Cómo vivir? De cualquier modo que la creación no sea manoseada, bastardeada, abaratada: poniendo un tallercito mecánico, trabajando de empleado en un banco, vendiendo baratijas en la calle, asaltando un banco”.
Pero para comprender esto se debe poder ser austero, frugal, y cultivarlo en los años en los cuales nos estamos afianzando como seres humanos. Porque si uno no aprende a ser feliz con poco y de joven, la vida lo puede bajar de un hondazo de grande; y ahí sí que realmente no sabes dónde estás parado, pero no por estar analizando estrategias, sino por un terremoto en Tu Sistema de Creencias que falla al buscar una respuesta de por qué no somos felices.
Ergo, no dudes en que yo también traigo la docencia en el alma como vos y mamá. Quizás, después de todo, tenga además de mezcla de Longstaff, Cuthbert y Howard, una fuerte injerencia de La Banca y los Marino. Así que no dudes en que de seguro me ira excelente con la iniciativa de las clases de inglés: perseverancia, dignidad, convicción de hacer las cosas Por y Para uno, no egoístamente, sino sanamente.
Esperaré feliz, sereno y sin ansias tu respuesta.
Te Amo!
Brian.
Fuentes
Ernesto Sabato, “El escritor y sus fantasmas”, 1963
Fotografías tomadas por Abby Viale en su sesión “Así los veo yo…”. Su trabajo está disponible en: https://www.flickr.com/photos/ocular_circular/ – http://abbyviale.tumblr.com/
Pepo Astolfo feb 21 , 2016 at 20:56 08Sun, 21 Feb 2016 20:56:05 +000005. /
Buena brit!! Saludos a wewa!! Impresionante su lirica irmao!!!