Cosas que saco en limpio, y un hasta luego.
Umbrales, que se miran, pero no se cruzan…
Así vivimos, en un vaivén tragicómico entre lo que podríamos hacer y lo que hacemos. Pocos hacen lo que dicen. Menos aún, son los que siquiera sienten lo que dicen.
Papas calientes en la boca mientras hablan, es lo que tienen. Habladurías poseen.
Y no quiero caer en esa…
El tiempo es circular.
El espacio interno de cada uno es infinito. Sustentable por naturaleza.
Me caigo a pedazos, de dos portazos, cerrados por escombros de recuerdos voladores, enviados por un viento huracanado.
Mis encías gritan por un poco de silencio. Que no viene, que no estaría llegando. Se me estrangula el Chakra Vishuda. Las mismas encías, ahí donde se impulsan mis palabras, obligan, ahora sí, al silencio.
Silencio que llegó en forma de multiepifanías y con una Huelga del Cuerpo (la penitencia del sobre-decir). El suplente, fresco, es el hacer; inexperto peón: lo primero que aprende es que ES lo que ES. Luego aprehende que el instinto le gana a cualquier libro. La sed también. Esto es, cualquier tipo de sed…
Me devengo en mí mismo. Busco formas de cambiar el cómo, sin cambiar el qué. Es mi desafío en esta vida como comunicador social. Encontrar formas diferentes de decir lo mismo. Intento no luchar contra molinos de viento. Busco sacar en limpio, con el barco hundiéndose con su capitán adentro fumando estoicamente de su pipa.
El subibaja oscilante es todo lo que hay de certero, el ir y venir, lo de arriba y abajo, y el adentro pa-fuera. Lo que viene, va.
¿No era al revés?
Ya no lo sé. O probablemente nunca lo supe.
Es menester que todo haga ¡CRACK!
Hay gente a la que no le pasa nunca en la vida y eso es peor, mucho peor.
Vivir dormido por inercia (de los demás), es triste y algo patético.
Abrirse, saber decir que “no”; alguna vez me enseñaron que eso era en verdad la libertad. Recién hoy lo entiendo, y me lo dijeron hace dos años atrás. Sin embargo, decidí seguir enroscándome durante todo ese tiempo. Y aislarse, no es la solución final. Sí, es un medio, pero no la solución final. Un amigo me dijo que Todo me lo gané haciendo mis mejores esfuerzos…
Recién hoy lo entiendo. Que no se puede cambiar el mundo. Tan sólo, y felizmente, se puede contribuir a cambiarlo.
Las estadísticas de Ploff.net son estadísticamente irrelevantes… No me sirven de nada… Mucho menos para intentar elucubrar una teoría científica de la comunicación social ambiental.
Por ejemplo, el promedio anual de visitas de este espacio es de casi 41.000. Bastante bien, uno pensaría. Sin embargo, si miramos la permanencia de esas visitas en la página nos encontramos con otras interpretaciones de la realidad.
Esto es, en palabras, que casi un 90% de quienes ingresan al sitio anualmente -una gran Masa de 36 mil personas- no permanecen ni dos minutos leyendo (y de ese porcentaje, la inmensa mayoría no llega a los treinta segundos de permanencia). Entran, se preguntan para qué clickearon esto, y se van… Un 3,4% de la gente que entra anualmente a la página -tan sólo unas 1400 personas- permanecen leyendo entro 5 y 30 minutos, que es lo que puede llegar a tomar leer un boletín.
Y unas 3100 personas, que representan el 7,6% de la gente que ingresa anualmente al sitio, se quedan más de media hora leyendo, pululando entre otros boletines, buscando leer más… Aunque esto, por más prometedor que suene, puede, quizás, no ser tan así. Una parte de mí, primitiva, se ilusiona… piensa: si por lo menos una minoría de los visitantes se muestran interesados y se quedan más de una hora, entonces, Todo valió la pena… porque no existe diferencia entre lograr dar una mano concientizadora a 1 persona o a 41.000 . Pero sé, que las estadísticas de un sitio web son estadísticamente irrelevantes… Pienso en las veces que abrí una pestaña para tener un link a mano, y me fui a hacer un café, o pegarme una ducha, sólo para recordar, 45 minutos después que tengo que ir a pagar la factura de luz que viene con un 1000% de aumento, y que se vence hoy. Entonces, subo a la habitación mágica, y apago la computadora, computándole a ese sitio web una visita irreal. Así de jodidas son las estadísticas. Y medir, o intentar parametrizar de alguna forma un cambio de paradigma, es casi tan imposible como intentar fundir la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad, con todo el respeto que se merece el grosso de Stephen Hawking.
Más allá de poder dar con ese reducido nicho de gente cambia-paradigmas que hay por ahí, conectar con ellos y motivarlos en la forma que fuese, ¿cuál es mi propósito?, ¿a quién le escribo realmente? Nadie quiere ser concientizado. El despertar es propio, y único. Entonces, ¿a quién le escribo?
Me escribo a mí mismo, y a nadie más. Me escribo a mí, con lo bueno y lo malo, y todo lo expuesto son meros recordatorios de cómo me gustaría que las cosas fueran. Son visiones, perspectivas, deseos y reflejos destellantes de mí mismo que comparto hacia fuera.
Don Fulano cualquiera, ¿a quién querés ayudar? Ayudate vos mismo, ¡bajá la birome ya!
Risa irónica, lunática, cínica, embriagada.
Risas Todas, las hay.
Sansaras y mucho, muchísimo más.
No me salgo de esta retórica ambientalista aprehendida, ni del redundante colmo de tener tatuada la más fluida y simple respuesta, SERVED CHILLED, en una línea de tiempo recursiva.
Dejo ir estas palabras, para volverlas a encontrar, pero no acá, sino en mi mañana real.
El utópico Thoreau se auto-sinceró una vez, diciendo: “Mi vida ha sido el poema que habría escrito, pero no pude vivirlo y escribirlo al mismo tiempo”
Pues bien, llegó mi hora de despedirme, y que cada uno sane, que sanemos todos, y haga lo que sienta ética y corazonadamente correcto hacer, sino, le corroe la conciencia.
¿Por qué escribí estos 233 ensayos en 6 años? ¿Por qué escribí estos boletines conscientes? ¿Qué esperaba a cambio? ¿Qué esperaba conseguir…?
A b s o l u t a m e n t e
N a d a
Los escribía para mí, y los expulsaba de mí hacia el ciberespacio, en una búsqueda satelital de germinación de ideas. Nada más. Buscaba pagar mi diezmo a la sociedad, hacer mi propio aporte. Hoy entiendo que ese aporte tiene que ser tangible, concreto, citado en hechos y no en libros. Mi búsqueda pega un salto cuántico en busca de poder minimizar objetivos, cerrarlos, alcanzarlos, y dejar una huella a través del ejemplo, a través de acciones que bien podrían replicarse, o no, tampoco importa. Justamente, porque darse cuenta de esto es propio y singular.
Seguiré gritando, pero hacia adentro. Hacia afuera, sólo haré, sólo.
Saco en limpio verdades de verano psicodelianarkocorridas, con ayuda de Xuan Pablo Gonzalez:
“Todo es vibración.
Despertá que no estas dormido.
El lenguaje humano, una pequeña porción de amor.
La vida es circular.
Las palabras curan.
Uno es Todo y Todo es uno.
Del vacío nacen cosas que el Todo llena.
La risa es sorpresa.
Todo fluye cuando vemos.
El Amor es la Luz.
El tiempo es eterno. El espacio es infinito.
El lenguaje no es más que colores y sonidos.
Mañana va a cambiar.
El aire era –será- agua.
La muerte es un recordatorio. La muerte dice: ¡¡VIVE VIDA!!
La realidad se recrea en cada átomo y aún más allá.
Los sonidos de la vida son infinitos.
El secreto es mantener tu espíritu alto.
La palabra perdida es poesía.
Todo es comunicación y aprendizaje.
Lo importante es que tu energía se mantenga unida.
Agua tierra aire fuego somos.”
Deseo, que mis palabras desaparezcan con el viento, y se transformen en poesía, al igual que sus vidas.
La vida es un viaje. Un espectacular trip.
Y fue gozoso compartirlo de a ratos con usted.
Sigamos siendo humanos; veamos a dónde nos lleva.
Por ahora, hasta yacá llegué… me vacié, y tengo, por suerte, una huerta que cuidar.
La Fe, sigue intacta.
Don Fulano Briteland Longpuff.-
Enero 2011 – Marzo 2017 – Thanx brother, for making this happen.
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