Buena semana a todos!
Venimos del mismo sistema. La generación de nuestros padres fue una generación trabada, donde la contracultura se asomaba en los años 60’ como contragolpe a una sociedad cansada de que les digan que hacer. Pero a falta de las actuales tecnologías de la comunicación, esta contracultura fue controlada y minimizada por el sistema. Las últimas crisis económicas junto con el cambio de paradigma actual dejaron a esta generación sin un rumbo fijo a seguir. Nosotros caemos en este contexto, nacimos de una generación que hizo lo mejor que pudo, pero ni la tecnología, ni la madurez emocional de los individuos de la sociedad estaba a la altura de las circunstancias.
Pero ahora es diferente, nosotros somos diferentes.
Si bien intuimos dentro nuestro que teniendo buena vibra con quienes nos rodean, siendo positivos, y buscando el bien común, facilitamos la llegada de buenas circunstancias a la vida… siempre se nos inculcaron estos conceptos por el lado del amor, o de la fe, en creer. Y si bien creer es primordial para fortalecer la voluntad de uno, la humanidad se pasó su existencia intentando comprender el sentido de la vida, y por ende, buscando una forma racional de manejar las situaciones del día a día. Es importante, sabio, lógico y hasta obvio el hecho de que tenemos que aprovechar las herramientas que nos da la ciencia.
Empezar a hacer las cosas bien es combinar ambos mundos. El amor a la vida, la pasión, junto con la razón y una forma sustentable de vivir.
La ciudad de Vancouver se propuso ser la ciudad más verde en el 2020. Y si bien es solo un ejemplo de todo esto, no deja de ser un ejemplo de cambios materializados a través de la búsqueda del bien común y la unión de ideas lógicas, positivas, y productivas (no necesariamente rentables desde el punto de vista actual de la economía)
Así, siento que la sustentabilidad terminará surgiendo como algo natural, como un salto evolutivo en el sistema que forma la sociedad.
Un saludo a todos.
Brian Longstaff,
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