Líneas de madrugada ambientalista.
No sé si seré yo, mi realidad, la realidad misma, o sólo el azar predestinado de las circunstancias, pero a veces siento –como un río subterráneo– que un cambio (de paradigma, pensamiento, cosmovisión) es inminente: o evolucionamos como sociedad, o sucumbimos ahogados entre tanto smog, tapados por basura y con nuestros paisajes naturales cortados y pegados por ahí, trastocados. La fauna y la flora, exiliados y esclavizados en todo el mundo. Presas de nuestra locura.
Lo más triste es que, si sucumbimos, muchos ni se habrán dado cuenta de nada… el consumo siempre fue desmedido, pero sin saber nunca por qué. Nunca nos preguntamos porque consumimos todo lo que consumimos, ¿realmente lo quiero consumir?, ¿realmente lo necesito?
Dos de la mañana: la calle vacía… camino, llegando a casa después de un día largo (¿quién no los tiene?), y me cruzo con un laburador nocturno, un buen tipo, un barrendero de la ciudad. Gorro, guantes, campera, auriculares, tarareando alguna melodía cual mantra laboral. Recorre las calles, todas las noches, haciendo que el sol de la mañana pegue solamente sobre las casas, el arbolado urbano y el pasto verde que aparece intermitentemente en las veredas del Interior de este país latinoamericano; haciendo que cuando llueve fuerte, no se tapen las tomas de agua con la negligencia de la gente que tira sus papeles al suelo, como si éste fuera a tragárselos mágicamente: el asfalto fagocitando la basura (sí, claro). Digo, ¿para qué lo tiras?
La señora llegó de mal humor…
Tan solo la vi 40 segundos. No voy a describirla a ella pues no podría evitar emitir algún prejuicio inmediato que sentí, pero 40 segundos bastaron. Llega de mal humor, decía, al ver que un tipo le dejo el auto muy cerca del suyo. Se fijó si su auto estaba rayado, balbuceó alguna puteada, se subió a su autazo con más mal humor y, para terminar, bajó su ventanilla polarizada, solo un cachito, y tiró impunemente un papel a la calle. Subió la ventanilla y –Brrrum– arrancó; siguió, y se habrá ido con su malhumorada rutina a algún otro lado.
Un amigo no entendía –cuando me vio en la calle en ese instante refunfuñando agarrando ese mismo papel del suelo– cómo podía yo enojarme con esa señora. “¡Ya fue!, ni te amargues”, me decía… pero es que la señora pareciera desconocer (y desvalorizar) el trabajo que llevó hacer ese papelito que recubría su caramelo y que tiro al suelo cual tacho-tamaño-planetario.
Dos y veintisiete de la mañana… sigo charlando con el barrendero de acero: “Es que a la gente pareciera no importarle nada, yo lo veo todos los días.” Y le creo, pero sin perder la utópica esperanza de que hay otro tipo de personas. Nuevos seres humanos con mayores niveles de concientización, con mayor profundidad en el pensamiento, con más ganas de integrar acciones.
Somos nosotros los que construimos una nueva realidad, haciendo que nuestra realidad cambie primero, para luego intentar contagiar al resto…
Y están los que se animan… los que realmente se animan a hacer lo que dicen hacer. Como Ezequiel Benvenuto, amigo y compañero de cruzada/cursada de la carrera de Ing. en Recursos Naturales y Medio ambiente en la UNLPam. El Eze me pidió que difunda por este medio que, para los que estén cerca de la llanura pampeana, el martes próximo (20/08/2013), a las 5 de la tarde, habrá un Taller de Plantas Nativas en el Museo del Bicentenario para el cual, los organizadores, necesitaban contenedores plásticos pequeños para los plantines que se entregarán en el curso. Para esto, Ezequiel se fue una noche de frío a la salida del Cine Don Bosco de Santa Rosa a recolectar botellas plásticas de gaseosa de 500 ml. Los empleados del cine se coparon con la idea, le dieron una mano, y juntos recolectaron unas 350 botellas para el martes.
Digo, pienso, lo dejo latente en mi cabeza por un rato mientras llego a casa rozando las 3 de la mañana. En un rato hay que despertarse para cursar. Pero lo dejo ahí, latente, mientras intento conciliar el sueño… Se puede tranquilamente cambiar las cosas, solo necesitamos actitud y reconocernos como hacedores de nuestra realidad.
¡Hasta la próxima semana!
Brian Longstaff.-
Bibliografía:
Fotos extraídas de Google, pero recalco estas dos páginas que me parecieron geniales: www.madtly.com y www.santosmoreno.wordpress.com.
Alexander Longstaff ago 20 , 2013 at 02:49 02Tue, 20 Aug 2013 02:49:13 +000013. /
Excelente
Agustin Estala ago 20 , 2013 at 05:01 05Tue, 20 Aug 2013 05:01:47 +000047. /
Hacia el 2011 con un compañero de la Universidad y un amigo intentamos algo que se llamo Por una Argentina Limpia! La idea básica y simple era: "CUANDO VEAS A ALGUIEN TIRANDO BASURA DECILO!"
Salimos a la calle a filmar un día al azar haciendo foco en como nos relacionábamos con la basura, sin pensar a donde teníamos que ir, trabajo, estudio, salida, excepto la basura y honestamente no costo mucho encontrarla porque convivíamos con ella http://www.youtube.com/watch?v=F4kMUCeWX3A.
Mas allá del video y esta pequeña idea que no hizo eco sino que simplemente fue una expresión de 3 amigos respecto a como queríamos o pensábamos debíamos actuar con algo tan simple, lo que mas llamo la atención fue hablar justamente con un trabajador de la basura…un poco las mismas palabras hasta que…:
-Y si la gente no tira basura yo no tendría trabajo….
Reflexiono en un mundo donde nadie tira basura y las calles están limpias. Digo yo, esto es cierto?
Gracias a este hombre pude pensar de modo mas amplio y critico al tema de la contaminación y la suciedad en la ciudad.
La basura es un negocio + es fuente de poder político + es fuente de trabajo + es mas que un papel.
La basura y ese bendito papel resulto ser mucho mas en esa reflexión.
Era el papel del comerciante que quería publicitar su rotiseria donde compraban al mediodía todos los hombres de negocios. Ese comerciante que solicito a la imprenta realice 1000 volantes para repartir con la Ley 260 impresa en letra chica bien abajo. Ese comerciante que contrato a quien reparta, el hombre de la city que paso, agarro el volante y fue a pedir algo rápido para volver al trabajo. El policía que se sube al bondi y lanza antes de que cierren las puertas para descender, ese mismo papelito hecho un bollo; y el bondi arranca llevandose evidencia de haber cruzado por ahi.
A las 9PM familias salen a las calles y se ponen a revisar las bolsas en busca de algo para comer o re-vender o guardar para ellos. Son las 5AM, se hace presente "el que limpia".
El camino del papel a la calle de pronto tenia muchas historias y no hablaba del mundo, ni de la economia, ni de los problemas laborales o lo congestionada que estaba la ciudad hoy.
Yo pensé que hablaba mas del hombre mismo y su capacidad de tropezar una y otra vez con la misma piedra hasta que nos damos duro y de lleno contra la pared. Ya nadie tira basura y ese hombre trabaja en un centro de reciclaje.