“La ciencia y el arte pertenecen al mundo entero; las fronteras nacionales desaparecen ante ellas.” – Johann Wolfgang von Goethe, poeta alemán, novelista, dramaturgo (1694-1778)
Feliz de cumplir 150 boletines –semana a semana– con ustedes; porque es muy enriquecedor para mí, saber que cuento con un momento de la semana separado de otros momentos, para escribirles intentando, a través de este arte, de amigar a la ciencia con el humanismo. Que la mente humana acepte las polaridades, lo técnico y lo espiritual, como herramientas para un mismo objetivo: seguir viviendo en sociedad -con su diversidad cultural- pero en armonía con la Naturaleza.
Y hacia ahí voy, una vez más. Con algún ejemplo de nuestra cotidiana y repetitiva realidad, intentando desglosarla.
Suelo hacer las compras en el supermercado de la cooperativa local de la provincia pampeana, los precios son mucho más bajos, y en cierta forma uno contribuye menos con las grandes cadenas de supermercados… Grandísimas cadenas, que son muy muy audaces, al ejercer la viveza criolla en todo su esplendor cuando, por ejemplo, te consultan si querés donar tu vuelto en centavos a la fundación X.
Y matan dos pájaros de un tiro: salvarse de un par de impuestos (al estar haciendo tan bondadosa acción), y salvarse de renegar con el cambio, las monedas, PLIN-CAJA, ya está, gracias, hasta luego, hola, buen día, ¿tarjeta o efectivo?.
Eduardo Galeano, sabe decir que la caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo. En otras palabras, prefiero aplicar mi granito de arena por otro lado, de una forma quizás más directa.
No sé porque no me cierra ese concepto del ciudadano que se queda tranquilo habiendo donado su vuelto, y llega a su casa para sólo prender la tele, cenar algo rápido, y a dormir. Gente cómoda en su zona de confort…
Y es que, en palabras de José Ortega y Gasset, “el tonto no se sospecha a sí mismo: se parece discretísimo, y de ahí la envidiable tranquilidad con que el necio se asienta e instala en su propia torpeza. (…) Esto es característico de nuestra época: no que el vulgar crea que es sobresaliente y no vulgar, sino que el vulgar proclame e imponga el derecho de la vulgaridad, o la vulgaridad como un derecho”. Pero el tonto se enoja, se siente ofendido:
<<< Yo trabajo honradamente todos los días, así que si quiero llegar a casa y hacer zapping durante tres horas mirando concursos de baile, o los nobles representantes de la sociedad en los programas de chimentos, los torneos de futbol de países extranjeros, los noticieros oscuros o las películas repetidas, tengo todo el derecho de hacerlo, porque trabajé y me gané la plata para hacerlo. Me pagaron por mi laburo, así que tengo el derecho de hacer lo que quiero, de no preocuparme por nadie más que por mí… >>>
Simplemente, no me termina de cerrar este tipo de postura hacia la vida…
Les contaba, que esta semana, al ir al supermercado, se produjo una situación en la que un hombre de unos 55 años y yo nos quedamos parados largo rato sacando dividendos y comparando los diferentes precios de la yerba para el mate diario… Finalmente, el hombre se decide, y saca un paquete de yerba de abajo de todo, de la última góndola, un paquete que yo ni había visto. Y, en efecto, era la más económica. Llevaba la misma marca que el supermercado (más local imposible, pensé), y le digo al tipo:
– ¡Ah! ¡Mire usted…! ¿Y es buena esta yerba??
– Mira, es lo mismo… tienen los mismos pesticidas, los mismos fertilizantes y todos los mismos químicos que todos los campos de nuestro país; nos vamos a terminar enfermando todos y da igual que yerba compremos.
(Tuve que salir un poco a la defensiva, defendiendo una postura quizás un poco más optimista al momento)
– Sí, no se preocupe, estudio ingeniería en recursos naturales y medio ambiente y le prometo que voy a trabajar para intentar cambiar la situación…
– ¿Sabés lo que te va a pasar? Te vas a recibir, y vas a terminar trabajando para una empresa para otorgar permisos para seguir contaminando en todos lados…
Le dije que no se preocupe, que no estaba en mis planes cambiar radicalmente mis valores y creencias personales a cambio de un sueldo prominente… El señor esbozo una sonrisa descreída, me saludó cortésmente y se fue. Pero me quedé pensando MUCHO en ese señor, principalmente en su postura totalmente descreída y desesperanzada hacia toda la vida. De no poder ver un poco más allá…
Y no es solamente él, sino gente joven también, que cree fervientemente que ya todo está perdido. Que dada la situación actual, de destrucción masiva de nuestros ecosistemas, de contaminación desmesurada, legitimada por una absoluta ignorancia acerca de los tiempos de depuración que posee el sistema natural planetario. Un desconocimiento, que se mezcla con mero desinterés, acerca de nuestro rol ecológico en el mundo.
Es cierto, dadas las condiciones, todo puede irse al cuerno, todo puede salir mal… es cierto, ¿para qué mentir al respecto? Pero es exactamente igual de posible que todo salga bien, que logremos evolucionar socialmente hacia algo mejor, ALGO MÁS VERDADERO.
Y creo fuertemente, que está en nosotros saber qué actitud tomar frente a la vida. Principalmente, una actitud que nos permita dormir de noche con la conciencia tranquila. En palabras de Ortega y Gasset, “podemos perfectamente desertar de nuestro destino más auténtico; pero es para caer prisioneros en los pisos inferiores de nuestro destino”. Es una cuestión de actitud, para que tomemos nuestras decisiones acordemente.
%50 Aire – %50 Agua – Técnicamente, el vaso está siempre lleno.
Una forma efectiva de bajar las revoluciones, de intentar no enardecerse con las cosas malas y estancarse emocionalmente con lo que uno hace, sino de motivarse con lo bueno, es contemplar, mirar, percibir, sentir a la naturaleza. Suena banal, pero todo lo contrario, es un momento profundo auto-inducido por nosotros.
“Caminar por la selva es saber que uno no sabe nada. La selva te produce una extrema conciencia de tu propia pequeñez, de tu ignorancia: ahí al lado, junto a tu bota embarrada, más allá de ese árbol, detrás de ese pantano están pasando tantas cosas que no llegás a ver ni manejar –y que suceden. (…)
Pero caminar por la selva no sólo implica la ignorancia sino, sobre todo, la conciencia extrema de esa ignorancia. Un punto: esa conciencia aparece porque decidimos observar nuestra ignorancia, porque viajamos muchas horas para ponernos en situación de contemplarla. Así es más fácil. En realidad para tener conciencia de nuestra ignorancia alcanzaría con mirar cualquier noche estrellada, o pensar cinco minutos en la infinidad de los procesos bioquímicos necesarios para pensar cinco minutos o, incluso, intentar entender la Argentina –o algo así. Quizás –sospecho- irse a la selva o a cualquier lugar notoriamente desconocido, ajeno –viajar, en síntesis-, sirva para no pensar que tampoco entendemos lo propio, lo cercano.” – Martín Caparrós (2006)
“Más que todos los sabios juntos,
el hálito de un bosque primaveral
puede instruirte sobre los hombres,
sobre el mal moral y el bien.” – William Wordsworth, poeta inglés (1770-1850)
El asunto es que ya no nos regalamos estos momentos… son quizás para algunos una pérdida de tiempo, un cliché, incluso una forma utópica de pensar. Sin embargo, la atención puesta en la naturaleza, te serena. Y al serenarte estás más atento a lo que haces. Y al estar atento en lo que haces, sos más consciente. Y sólo con consciencia de uno mismo es que podemos preguntarnos si realmente queremos estar haciendo lo que estamos haciendo…
En la parte de atrás de su libro diario, Chris McCandless (su historia conocida por la película “Into the Wild”) escribió en sus días aislados en el “Autobús Mágico”:
“Vivir deliberadamente: Atención consciente a las cosas básicas de la vida, y una atención constante a nuestro ambiente inmediato y sus preocupaciones, ejemplo à Un laburo, una tarea, un libro; cualquier cosa que requiera concentración eficiente (Una circunstancia carece de valor. Lo que tiene valor es como uno se relaciona con una situación. Todo significado verdadero reside en la relación personal que uno tiene con un fenómeno, que significa para vos).”
Será hasta la semana siguiente,
Brian Longstaff.-
Pd. Un breve y potente poema…
“¡FUEGO SOLAR DE ENERO, ESTALLIDO!
Creo que muchos de ellos se comen el chiste,
de la felicidad constante
y después son desgraciados toda la vida.
La felicidad es para mí, una fruta
entre todas las demás,
una, ni más ni menos.
La claridad es igual a la oscuridad,
o muy semejante si queres.
Yo prefiero la oscuridad
que también es hermosa.
Le dejo la luz a los dormidos
los que tienen el alma atada
y a los que sufren por no saber amar.
Y no a modo de compasión, sino como un regalo.
Eso sí, de vez en cuando, la tomo prestada de por ahí.
Hay que saber probar todos los frutos
Para saber a qué sabe cada uno.
No vaya a ser cosa que te vendan fruta por mierda.
Hay una filosofía moderna espiritual que me simpatiza bastante,
Pero se le olvida que el mundo es también materia.
Orgánica y ardiente.
¡ARDAMOS!” – Jenny Ríos, hermiga, escritora y poeta. (Gracias)
Bibliografía.
- José Ortega y Gasset (1927). “La rebelión de las Masas”. Hyspamerica Ediciones Argentina S.A. Argentina, 1983.
- Martín Caparrós (2006). “El Interior”. Seix Barral 6ta edición, Buenos Aires, 2010.
- Jon Krakauer (1996). “Into The Wild”. First Anchor Books Edition. New York, February 1997.
- Isaac Asimov y Jason A. Shulman. “Citas sobre Ciencia y Naturaleza”. Maeva Ediciones S.A. España. 1989.
Fotos Extraídas de Google – hay 2 fotos del conocido Pawel Kuczynski – y las últimas 3 fotos fueron tomadas por mí!
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