Un balance anual,
Si bien, en palabras de Eduardo Galeano, el primero de enero no es el primer día del año para los mayas, los judíos, los árabes, los chinos y otros muchos habitantes de este mundo[1], este día suele ser una etapa de balances para muchos.
Revisamos los errores cometidos, establecemos nuevos objetivos y tratamos de refrescar nuestros valores, sacarles el polvo, para arrancar con cierto aire de energía renovada.
Si pensamos en todos los temas tocados a lo largo del año en los boletines conscientes de este sitio, todos apuntan a un mismo llamado de atención, un grito al aire pidiendo un mundo mejor, un futuro donde no seamos dueños de la tierra, sino simples pasajeros y protectores.
Tenemos la comunicación global a nuestro favor, la posibilidad de compartir nuestras experiencias de cambio con gente que comparte nuestros valores del otro lado del planeta. Si somos protectores de nuestra tierra, la comunicación global nos permite enterarnos e informarnos sobre las problemáticas ambientales reales que los medios de comunicación tradicionales parecieran no importarles.
Este excelente video, “Humano”, de Steve Cutts, resume lo que ocurrió mientras nos preocupamos por sostener nuestras rutinas, pilares falsos de nuestra sensación de seguridad en este mundo.
“Es América Latina, la región de las venas abiertas. Desde el descubrimiento hasta nuestros días, todo se ha transmutado siempre en capital europeo o, más tarde, norteamericano, y como tal se ha acumulado y se acumula en los lejanos centros de poder. Todo: la tierra, sus frutos y sus profundidades ricas en minerales, los hombres y su capacidad de trabajo y de consumo, los recursos naturales y los recursos humanos. El modo de producción y la estructura de clases de cada lugar han sido sucesivamente determinados, desde afuera, por su incorporación al engranaje universal del capitalismo.
(…) Perdimos; otros ganaron. Pero ocurre que quienes ganaron, ganaron gracias a que otros perdimos: la historia del subdesarrollo de América Latina integra, como se ha dicho, la historia del desarrollo del capitalismo mundial. Nuestra derrota estuvo siempre implícita en la victoria ajena; nuestra riqueza ha generado siempre nuestra pobreza para alimentar la prosperidad de otros.”[2]
¿Qué otra cosa puedo desear para este año nuevo, que aceptemos estos hechos como un error de toda nuestra especie y podamos encarar juntos una visión de cambio?
“…Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez…”[3]
¡Les deseo lo mejor!
Brian Longstaff.-
[1] Eduardo Galeano. Los Hijos de los Días. Siglo Veintiuno Editores S.A. 2012. Pág. 15
[2] Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Introducción. Ciento veinte millones de niños en el centro de la tormenta. Siglo Veintiuno Editores S.A. 2012 Pág. 16 (Primera Impresión en 1971)
[3] Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809. Extraído de Eduardo Galeano. Las venas abiertas de América Latina. Siglo Veintiuno Editores S.A. 2012 (Primera Impresión en 1971).
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