SinManijas…
Existen compromisos, que uno asume, que no puede claudicar jamás en su vida. Responsabilidades, a veces elegidas, a veces caídas de no sé dónde, a veces transmitidas de una a otra vida… Mi compromiso es escribir. Se lo prometí a un amigo… Nunca dejes de escribir…
Lo sigo haciendo (si hubiese dejado de hacerlo No sería Yo), con cierto aire de ermitañez, sin gritar desde ningún lado lo que hay que hacer (darse cuenta, es cosa de uno, ya lo entendí…), volcado a poemas, pedacitos de ficción, frases, colgadas de otras frases, repartidas en cuadernos y pedazos de papel. Me acompañan tótems de otras vidas, objetos de poder, piedras de varios lugares del mundo, cuadros pintados a mano, una cartuchera con mis iniciales bordadas a mano, un telescopio, un ajedrez, una pila y media de leña, agujas de acupuntura con kilómetros encima, una pelota de golf, mi primera muela de juicio, cientos de libros… Lo que yo diga o deje de decir no tiene relevancia. Son palabras que cuentan cosas, que conectan cosas. Son palabras con alguna bronca, con un poco de vehemencia en su estilo, con pizcas de drama y exageración, cargadas de una sutil esperanza de emergencia de un nuevo actor social cotidiano, planetario, impecable.
Ya no lo grito desde ningún lado porque casi me vuelvo loco al hacerlo (y no vale la pena).
Me limito a vivirlo día a día.
Pienso en quienes siguieron luchando hasta meterse en cuartos oscuros. Pienso en quienes logran llegar a meterse en los círculos de poder y no logran crackear el sistema. Caen en la desesperación y en una paralizante impotencia. Imposible es no llorar al leer la carta que escribió René Favaloro antes de pegarse un tiro en el corazón. La leí completa hace unas noches atrás, noche de luna decreciente, salvaje. La carta, una radiografía de la Argentina, que lamentablemente sigue siendo actual hasta el día de hoy después de varios lustros. Me resuena una pregunta, quizás retórica… ¿hasta dónde ir por el río de las creencias y valores personales…?
Existen puntos de inflexión, donde uno puede apaciguar el fuego interno, domarlo, permitirle que queme a fuego lento, dosificando la locura y dando lugar a la realización de pequeños logros personales. Pero si las brasas no se controlan, terminas –invariablemente- pasándote de rosca (por más que tengas razón). Los verdaderos próceres camuflados del hoy, lobos esteparios todos.
“Tienes razón, lobo estepario, mil veces razón, y, sin embargo, has de sucumbir. Para este mundo sencillo de hoy, cómodo y satisfecho con tan poco, eres tú demasiado exigente y hambriento; el mundo te rechaza, tienes para él una dimensión de más” – Herman Hesse.
René Favaloro fue un lobo estepario.
Siempre tuvo razón…
y sucumbió.
Pero, antes escribió:
“En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil. No puedo cambiar, prefiero desaparecer.
Joaquín V. González, escribió la lección de optimismo que se nos entregaba al recibirnos: ‘a mí no me ha derrotado nadie’. Yo no puedo decir lo mismo. A mí me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de recibir homenajes y elogios al nivel internacional. Hace pocos días fui incluido en el grupo selecto de las leyendas del milenio en cirugía cardiovascular. El año pasado debí participar en varios países desde Suecia a la India escuchando siempre lo mismo.
‘¡La leyenda, la leyenda!’
Quizá el pecado capital que he cometido, aquí en mi país, fue expresar siempre en voz alta mis sentimientos, mis críticas, insisto, en esta sociedad del privilegio, donde unos pocos gozan hasta el hartazgo, mientras la mayoría vive en la miseria y la desesperación. Todo esto no se perdona, por el contrario se castiga.
Me consuela el haber atendido a mis pacientes sin distinción de ninguna naturaleza. Mis colaboradores saben de mi inclinación por los pobres, que viene de mis lejanos años en Jacinto Arauz.
Estoy cansado de luchar y luchar…”
¿Hasta dónde invierte uno Toda su energía?
Y, ¿dónde la invierte?
Inmolarse (como dice un sabio-estepario-amigo), yendo demasiado adentro de una lucha, una causa, una convicción, no tiene sentido. Hay que aprender a contribuir al cambio sin irse de mambo.
(((Dosificá tu locura, recomendó mi tía abuela)))
Pero bueno, como un subibaja, el irse de mambo tiene que ver con explosiones de indignación que se producen cuando lo injusto, lo corrupto, lo inefable, sucede enfrente tuyo. Pedazos de microrealidades diferentes, dramas existenciales, condiciones socio-económicas totalmente opuestas, historias familiares, malestares urbanos, ruidos, bocinazos, humo y gente tirada en la calle, pasando la noche sobre un colchón en la esquina del departamento de mi infancia citadina.
Se me meten por la retina y no se escapan al subconsciente, no; siguen derecho por autopista hasta llegar a la plena conciencia, creando un listado, una red infinita de motivos que me invitan a dedicar mi vida, al menos ésta, a comunicar, tan sólo comunicar estas impresiones que me agarran al andar entre autores, kilómetros, personas, lugares.
Oscuros fuegos artificiales de indignación me explotaron el alma en la “Jornada Contra el Extractivismo” (llevada a cabo el 9/06/2017 en Santa Rosa, La Pampa). Ahí, un profesionalmente indignado Dr. Medardo Avila Vazquez (perteneciente a la “Red Universitaria de Ambiente y Salud” y miembro de “Médicos de Pueblos Fumigados”) mostró sus trabajos realizados en la provincia de Córdoba, extrapolando mapas de fumigación y uso de plaguicidas y agrotóxicos con las direcciones de las casas de diversos enfermos de cáncer. Nunca una extrapolación de datos me hizo llorar, hasta ese día.
El Dr. Medardo Avila Vazquez me enfrentó a dos números siniestros. En nuestro planeta bello y azul, existen 600 millones de hambrientos y 1.500 millones de obesos. -¿Cómo puede ser…?- Sin ánimo de ofender a nadie más que a nuestra cultura del consumo, esto deja de plano una obviedad: la distribución de nuestros recursos naturales no es según necesidades básicas a cubrir, sino por quién puede pagarlo. Ciertas verdades indignan tanto que, si las represalias que tomamos como actores sociales cotidianos no son realizadas con mesura, corremos el riesgo de meternos en cuartos muy oscuros de los cuales no podemos salir.
Pienso en la muerte de tantos líderes carismáticos, que se pasaron la vida pasados de rosca… Pienso también en los que lograron cierta serenidad para con sus luchas, como un Pepe Mujica, pero que no pudo tener hijos, formar una familia, por estar encarnado noche y día en esa lucha. Una lucha noble, sí, pero cuya resolución utópica se extiende mucho más allá del obrar de una sola persona… Entonces, ¿para qué pasarse de rosca?… no estaría teniendo ningún sentido…
Al Pepe, le deseo risas y felicidad, y que seamos otros los que nos subdividamos sus luchas.
Ese mismo día en el que habló el médico, también habló un cura párroco (allí en la no tan concurrida “Jornada Contra El Extractivismo”), el Padre Omar Quinteros, un auto-denominado defensor de la vida en Famatina. Me emocioné (sí… ¡dos veces en la misma hora!) escuchando el relato de sus últimos años luchando contra las mineras, ayudando a mantener el pueblo unido… De cierta forma, rara, inesperada, me amigué con la Iglesia, viéndole una veta que le creía imposible de ejercer (la de interceder en la defensa del medio ambiente).
Compré su libro con lo que acababa de ganar la tarde anterior. Su título: “¿Por quién doblan las campanas en Famatina?”, un juego de palabras, en reminiscencia al clásico de Ernest Hemingway, aquella novela de amor que leí de chico en la escuela, desvelado, sentado en la cocina sobre una banqueta, erguido de manera incómoda, adrede, para no quedarme dormido porque rendía un examen sobre el libro al día siguiente con la profesora Pégolo. El amor cambió de muchas formas desde ese día al día de hoy. Recuerdo que, tras imponerme HORAS de lectura por delante, no me quedó otra que aprender, en ese corto tiempo, a que me guste la historia que estaba leyendo, pero en definitiva, aprender a disfrutar de lo que sea que tenía que hacer en el momento.
Al abrir el libro del cura, me estampé con una dedicatoria, en pleno transcurso de mi último año de una cursada académica de más de una década ingenieril e interprovincial, que decía: “Al amigo y hermano Brian: Que Dios guíe tus pasos y desde tu profesión sigas acompañando estas luchas en defensa de la vida. Con mi afecto y bendición, Padre Omar Quinteros.” Totalmente encendido por su caligrafía, me zambullí es sus páginas…
Con el correr de la lectura, me fui estampando de otras citas, diversas frases indignantes y, a su vez, terriblemente motivantes. Para insertarlas acá, no existe un copy-paste posible; hay que transcribirlas palabra por palabra, del libro a la pantalla. A veces pido ayuda (aprendo, a pedir ayuda), y alguien me las lee para poder transcribirlas rápidamente. Otras veces me paso un buen rato pasándolas… con la mirada en un eterno vaivén. La música ayuda. Pero lo cierto, es que lo disfruto, intencionando cada tecleada, emulando un piano de palabras, esperando que quizás esas palabras te motiven de alguna manera.
Algunas de esas frases, dejaban entrever que la defensa de los recursos naturales dignifica. Y que, en el caso del pueblo de Famatina, que logró expulsar a cuatro empresas de mega-minería de su comarca con el simple gigante accionar de todos los actores sociales del pueblo, de alguna manera extraña, si el pueblo se une en Una Voz, puede ejercer milagros: “La defensa del agua les ha dado a los vecinos de Famatina un motivo para vivir apasionadamente todos los días. (…) La población está revitalizada y yo mismo cambie: la defensa del ambiente reavivo en mi interior un sentimiento ético y unas ganas que necesitaba recuperar (…) Mi deseo es que esta conciencia se haga carne en el resto del país. El verdadero tesoro son los glaciares, sin oro es posible vivir. Sin agua, no.”
En sintonía con los descubrimientos de peso científico del Dr. Medardo, me encuentro en ese libro con un comunicado de la Universidad Nacional de Rosario –en algún mundo utópico paralelo, o en algún futuro, Todas las universidades tendrían el mismo coraje… ojalá-, titulado: “Minería y Agrotóxicos: Resolución del Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Médicas de la U.N.R.” en el que decía:
“Existen ya pruebas científicas concluyentes acerca de los daños que a la salud de los ecosistemas y por tanto de los humanos, provocan los modelos productivos que se están imponiendo en nuestros países, por lo que resulta inaceptable la excusa de los responsables políticos que se escudan en la supuesta debilidad de las mismas en lugar de aplicar el principio precautorio. (…) el mencionado documento del Banco Mundial, conocido como “Informe Summers”, aconseja ‘que una cantidad dada de contaminación perniciosa a la salud debe hacerse en los países de menor costo, que son los de menores salarios’ y en la ‘escaza incidencia del cáncer en las comunidades donde ya se mueren tempranamente por otras causas’” (bien, súper ético el informe ese)
En otras páginas del libro, me encontré con una amplia lista, que casi siempre olvido, pero que el Estado Nacional no debe olvidar jamás, y sin embargo lo hace, al simplemente participar poniendo la firma, pero sin acciones que complementen y le den peso a esa firma. Olvidan, que nuestro país se comprometió a varias cosas de las cuales debería hacerse cargo… Todas esas cosas, las pueden googlear con las siguientes palabras poderosas: “Declaración de Estocolmo de 1972, Carta Mundial de la Naturaleza de 1982, Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo 1992, Declaración y Programa de Acción de Viena de 1993, Convención de Estocolmo sobre Contaminación Orgánica persistente de 2001, Protocolo de San Salvador de 1998, Carta Democrática Interamericana de 2001”
¡Hipócritas, todos nuestros gobiernos!
Diría gobernantes, pero no quiero personificar, no quiero echar culpas, porque va más allá de uno o dos políticos corruptos… es el gobierno entero el que pareciera usar “el gobernar” sólo para seguir tejiendo relaciones de poder, olvidándose del pueblo entero. Se reúnen para la foto y después todo queda en la nada… Es el vicio de Poder lo que los impulsa adelante, no el pueblo. Durante cientos (de miles) de años, el poder se viene amasando y amasando, y, en paralelo, capitales económicos se siguen acumulando… En definitiva, el juego se acota, la mano invisible se hace visible, y los que están detrás del telón comandando todo son realmente unos pocos.
El Padre Omar Quinteros entiende todo esto… Se pone de pie y critica, con sentido, el modelo agricultural actual, que lejos está de ser un sistema de producción agroecológico… al contrario, con la excusa única de tener que producir alimentos, se utilizan los recursos naturales en detrimento de su perpetuidad.
Habiendo comprendido ya, que el asunto de la producción de alimentos no es un tema de abastecimiento, de producción, sino de distribución, puedo comenzar a sospechar que detrás de la necesidad de producir alimentos se esconden, también, pujas de poder, lucha de intereses, egos engordados por la adicción al dinero.
Quinteros me simplifica mis broncas, diciendo que “los hambrientos del mundo no dependen de la capacidad comercial de 400.000 agronegociadores del planeta, sino de la revitalización y devolución a la ruralidad de 1.500 millones de agricultores locales, con semillas propias y mercados de intercambios y comercios en escalas de cercanías.”
Ahora bien, ¿cómo se traduce la “devolución a la ruralidad” en actos, personas, hechos?
Ahí es donde aparece mi mundo utópico, en donde se invierte el proceso de urbanización que se viene dando en los últimos cientos de años, donde se llenan las ciudades de personas, en su mayoría jóvenes que escapan de sus pueblos natales desprovistos de futuro, en busca de trabajos que no siempre logran conseguir, terminando desamparados en los cordones suburbanos que rodean esas grandes metrópolis. Esto no lo invento yo, por supuesto. Ya se viene dando en algunos lugares del mundo (como bien se ve en el documental “Stop! Rodando el Cambio”). Pero lo menciono, porque amo fantasear con la idea de que algo parecido pueda llegar a darse en nuestro país… el retorno a la ruralidad por parte de millones de jóvenes, instruidos, empoderados, emprendedores, que llegan a esos pueblos del interior para revitalizarlos con formas alternativas de producción (de alimentos y cultura), armando un entramado social fuerte, robusto, con nichos económicos independientes del resto del mercado mundial (esos “mercados de intercambios y comercios en escalas de cercanías”).
No estoy diciendo que debamos dejar de comercializar con el mundo. Solo creo que el mundo no debe comercializar nuestras vidas a un punto tal que sólo pasemos a ser una cuenta bancaria donde se deposita un salario y se debiten cuotas de tarjetas de crédito. Somos mucho más que eso… y las cosas que nos hacen Ser realmente humanos, no pueden, ni por poco, ser adquiridas o computadas con dinero, de la misma forma en la que no se puede cuantificar un precio y pagarle a un árbol por depurar nuestro aire, ni a una abeja por ir todos los días a laburar, polinizando flores hasta en los días feriados y sin presentar queja alguna…
Nunca, nunca se quejan; las abejas, digo… las miro laburar todos los días en las pequeñas flores violetas del romero del fondo de mi casa. Me acerco a ellas, las saludo, las contemplo, las veo… laburando tranquilas, agarrando el polen y poniéndolo en sus patas traseras como si tuviesen un morral colgando. Van, vienen, no se olvidan ni de una sola flor, es como si realmente las polinizasen a todas… y una vez que terminan con esa planta, sin quejarse, agarran y vuelan hasta poder comenzar de cero otra vez con otra.
Pero, en fin… ¡me fui!… por una de varias tangente que suelo agarrar para que la existencia no sea tan monótonamente embolante. Hay que elegir, ponerle ciertos colores y matices al día. “Excursus”, como diría la misma profesora Pégolo.
Volvamos a “devolución a la ruralidad”. O cerrémoslo, con un ejemplo de aplicación, con sus respectivos números. Una vez, un gran editor de un suplemento ecológico de varios años de trayectoria, me aconsejo: “Brian, a nadie le interesa tu opinión… limítate a poner números”. Resulta que recién ahora entiendo la razón que tenía en ese consejo. Así que acá van algunos números, que manifiestan esta ruralidad incipiente de la que vengo hablando; números provistos tras varios años de laburo del ProHuerta, un programa impulsado desde el INTA, que provee de semillas a todo aquel que quiera comenzar a autogestionar su propia huerta, con el fin último de promover la soberanía alimentaria de los pueblos. Desde 1990, el ProHuerta:
- Se instaló en el 88% de los municipios del país.
- Interactúa con 200.000 personas a través de la producción agroecológica de 620.000 huertas y 118.000 granjas familiares, comunitarias y escolares, en todo el país.
- Cuenta con 600 técnicos de alta dedicación y 20.000 promotores voluntarios que forman parte del equipo de trabajo del programa, de los cuales el 64% son mujeres. Yo mismo soy promotor voluntario de este programa. Sentir el efecto multiplicador que se siente cuando uno le da un kit de semillas a una persona nueva, la felicidad que produce, poder transmitir ciertos saberes que Empoderan a la persona a sentirse capaz de lograr producir sus propios alimentos, es algo simplemente hermoso, y forma parte de mi higiene personal diaria de la conciencia… el dormir tranquilo sintiendo que hago ALGO, por más mínimo que sea.
- Articula en los territorios con 10.000 instituciones y organizaciones de la sociedad civil.
- Forma parte de 400 ferias agroecológicas y mercados populares, contribuyendo a la conformación de sistemas locales de producción de alimentos agroecológicos con precios justos.
¡¡Vaya devolución a la ruralidad!!
Ahora bien, ¿cómo hacer para seguir multiplicando un cambio de paradigma?
Claramente, al menos es mi opinión (la que bien puede no interesarle a nadie), la educación es la clave. El cambio de paradigma debe permear todas las universidades y todos los ámbitos educativos y académicos que sean posibles.
El Padre Quinteros le pega una avivada a las Universidades y al espíritu de la vida académica, citándolo a J. V. González (el mismo que René Favaloro citó): “la conquista de la universidad, es sólo un medio para lograr el supremo fin de transformar con sus propias manos al país, revitalizándolo mediante la implantación de una democracia social, donde la riqueza no sea el privilegio de unos pocos, el bienestar un lujo y el trabajo una maldición”. Debemos tomar estas palabras y hacerla carne, rutina, realidad palpable… Hechos concretos, funcionales y perdurables en el tiempo.
Pero existe un montonazo de gente a la que todo este compendio de cosas no les importa un carajo. Entonces, lo que me planteo ahora es como hacer para no sentirme enardecido por la indiferencia de los que ELIGEN vivir en la ignorancia.
Y, principalmente, como hago para no ponerme intolerante con ellos. Para no pensarlos desde el enojo o, incluso, odiarlos. En definitiva, como hago para amarlos, cuando son ellos los que están inercialmente viviendo a costas de…
¿No éramos nosotros “la gente que estábamos esperando”? ¿Qué pasa con mi generación…? ¿Se quedó dormida sobre sus laureles? ¿Se despertó alguna vez? ¿Se puede amar a Toda La Gente?
Erich Fromm sugiere que “el amor sólo empieza a desarrollarse cuando amamos a quienes no necesitamos para nuestros fin”. Escribo esto, lo transcribo, no porque Yo lo pueda hacer. Estoy lejos de poder hacerlo.
Confieso que aun fallo en ser absolutamente feliz con la felicidad de otro. Creo que me atan muchas cosas. Bah, no “cosas”; me atan momentos, vivencias, recuerdos, oscuros. Sin embargo, aún tengo la suficiente cordura como para reconocer algo que es sustancialmente correcto para el bienestar y la salud mental, espiritual y corporal del ser humano.
Si alguien sabe cómo llevar a cabo esto
–amar a quienes no necesitamos para nuestros fines personales–
díganme cómo…
(Más difícil aún,
amar a quienes nos lastiman con una dolorosa indiferencia).
Mis aproximaciones o ejemplificaciones prácticas para intentar lograrlo, son muy básicas, simples. Tengo algunos principios rectores. Acá va el primero:
“LA ÉTICA ES FILOSOFÍA EN ACCIÓN” – del maestro yóguico B.K.S. Iyengar. Algo así como practicar lo que predicas, para no ser un hipócrita. Vivimos de forma tan acelerada que no somos conscientes de lo poco que hacemos por cambiar las cosas, y de lo mucho que podríamos hacer si lo hiciésemos.
Llegue a pensar en algo sumamente meticuloso y rebuscado. Una pavada. Pero, imaginaba toda la tecnología usada en infinidad de juegos como los “Sims” o “Age of Empires”, esos juegos donde se gestionan lúdicamente muchas variables, o mismo la tecnología detrás de las redes sociales, el poder de conectar a la gente. Imagino todo ese software en mi celular, pero en una aplicación que me permita bajarme en un lugar determinado, hacer un pantallazo panorámico con el aparato, y poder ver un inventario del tipo de suelo del sitio en el que estoy parado, la flora y la fauna, los recursos hídricos, el nivel freático, ríos cercanos, pueblos y rutas, actividades económicas regionales, cantidad de desocupados y familias sin laburo, posibilidades potenciales de introducir cierto tipo de proyectos ajustados a ese lugar (ajuste hecho por el mismo celular), con un presupuesto y plazos establecidos, contactos, direcciones, Todo. Un software que me permita presentar soluciones simples, concretas, con objetivos en el corto, mediano y largo plazo, que permitan reactivar las economías regionales de los pueblos del interior del continente. Un software que le permita a cada municipalidad, gestionar sus recursos naturales de manera coordinada con los municipios de su entorno. Una conectividad holística para redefinir el vivir en sociedad. Lo cual me lleva al siguiente principio rector:
“LO PEQUEÑO ES HERMOSO” – Frase que F. Schumacher usó como título de su libro. El hecho de, a veces, no volar tan alto, sino bajar un poco, simplificar, y hacer; todos los días, cortito y al pie, hacer, un poco y un poco más. Con una autodisciplina impecable e inefable, aprehendida.
Con inefable, quiero decir que ni siquiera puedo encontrar las palabras correctas para poder describir lo que siento correcto por acá, por este medio, con esta voz, con estas palabras…
Va otra más:
“SALARIO MÍNIMO AUTOINDUCIDO EN LOS AÑOS DE ENTONGAMIENTO CON EL DINERO” – Esta frase, con cierto orgullo, es mía. Digo con orgullo, porque vengo poniéndola en práctica y pareciera funcionar bastante y sutilmente bien. Mi teoría, es que, más o menos, de los 20 a los 30 años, un ciudadano inmerso en la cultura del consumo que afianza su vida alrededor de percibir un salario por su justo laburo de manera mensual, se va subiendo, de a poco, en un tren del cual no se puede bajar.
Gastos fijos cada vez más grandes, cuotas interminables de tarjetas de crédito que ni siquiera recordás cuándo, cómo ni porqué llegaron a tu billetera, créditos a devolver con interés que te ata de manos al laburo… y, de repente, estas laburando para pagar las cosas que no tenes tiempo de disfrutar porque tenes que irte a dormir porque estas roto porque mañana tenes que ir a laburar otra vez para pagar todo lo que no podes disfrutar…
¿Una posible solución? Auto-educarte para no entrar en esa rueda de hámster. ¿Cómo? Aprendiendo a vivir con poco, aprendiendo a no depender de nada ni de nadie, aprendiendo a simplificar y desfragmentar tu vida en cosas simples que realmente rellenen tu alma de calor.
Un ejemplo concreto: 2 personas. 2 sueldos. Uno gana $6.000 al mes, y de alguna forma vive con $5500 al mes. La otra persona gana diez veces más: $60.000 al mes, y vive con $55.000. La primera se cocina todos los días, tiene una huerta en el patio con una compostera (que le demanda tiempo, por supuesto, tiempo en el que “trabaja” en esa huerta, si bien sin percibir un sueldo), lee, anda en bici, vive frugalmente;
La segunda persona en este ejemplo, pide su cena por delivery casi todos los días porque no tiene tiempo para cocinar, y tiene ataques de pánico en el laburo. Una labura lo justo y necesario para poder tener el tiempo de disfrutar de su accionar diario, la otra persona excede las ocho horas de laburo diarios y se clava una pastillita para conciliar el sueño. Ambas personas invierten el mismo porcentaje de lo que ganan para vivir en sus respectivos gastos fijos. La diferencia radica en que la primera persona tiene un sereno control sobre la dirección que están tomando sus acciones, mientras que la segunda entró en una inercia laboral tal, que lo hace intentar cambiar su estilo de vida. No se puede bajar del tren… y no puede siquiera vislumbrar otros futuros posibles. En la próxima curva… ansía descarrilar.
Esta bueno descarrilar. Por lo menos una vez en tu vida. Que se reviente todo tu mundo en dos, obligándote a ponerte a prueba. Probando una mirada hacia la vida radicalmente diferente (porque la anterior, te hizo descarrilar).
Se pueden discutir un montón de cosas de todo esto. Me refiero al ejemplo concreto expuesto. Pero el mensaje que subyace detrás, es tan sólo intentar ser feliz, sin necesitar un sueldo gordo para lograrlo.
Me dicen que soy un boludo. Que me sorprendo con todo como si fuese la primera vez que lo veo… Y lo cierto es que esta es otra estrategia que tomo como principio rector para vivir:
“CONTENTARME CON TODO TAL CUAL COMO VIENE” – Y la verdad es que no veo otra forma de desplegarme ante el día, que no sea maravillándome con cada pavada que entra por mi retina; ya sea la huella de un perro sobre un cacho de cemento fresco en plena ciudad, una parra que sube enrollándose helicoidalmente alrededor de un poste en una pérgola del boulevard de enfrente de mi casa, o un panadero perfecta y fractalmente diseñado.
Me sorprendo, sí. Elijo sorprenderme… con todos los matices mágicos que toman los árboles cuando el Sol del atardecer pampeano se filtra por entre las nubes desde el horizonte hacia sus copas frondosas y ondulantes. Con cientos de renegados tordos renegridos, regresando a no sé dónde… zambulléndose en el aire como acróbatas de circo… ¡Me freno! Dejo lo que estoy haciendo, al menos un momento, para contemplar pavadas. Es así, soy feliz contentándome con nimiedades…
…preguntándome, todos los días,
¿QUÉ OTRAS COSAS… QUIERO HACER,
QUE SÉ… QUE HABRÉ QUERIDO HACER,
EN CASO DE QUE NO LAS HAYA HECHO?
Esa, es mi única forma
de Avanzar.
Porque si tuviese que mirar el lado oscuro y nefasto de la vida, seguro que encontraría nobles motivos para mandar todo a la mierda y encerrarme a ser un alienado-consumista más.
Sin embargo, tengo este fuego interno sagrado… que me quema; que me vigoriza y me lleva a seguir intentando buscarle la vuelta. Porque sigo sintiendo que un cambio de paradigma está a la vuelta de la otra esquina, pero las cosas que hay que hacer para llegar a esa esquina, son tan fáciles, tan simples, que en esa facilidad radica su dificultad… es Tan Simple, y Tan difícil, a la misma vez. Esto es: que el clic, que el darse cuenta, que el despertar, que la integración de tus Yoes, es algo absolutamente personal, tan personal que nunca nadie va a poder decirte cómo hacerlo, porque Vos mismo te tenes que dar cuenta de cómo hacerlo. No hay recetas, no hay atajos ni citas de libros suficientes para poder llegar a dirimir una forma única de hacer las cosas.
Entonces, sólo me resta creer, tener fe de que todo en el mundo se va a ir encausando. Desear, meditar, sentir, pensar y hacer, todo con una especie de esperanza ciega y utópica en que todo irá bien. Y en el mientras tanto, como dice mi primo, hermano y amigo: tenemos que seguir… No queda otra.
“YACÁ” es mi quinto y último principio rector. Todo el tiempo, recordarme: estar YA, ACÁ. Aquí y Ahora. Yacá… y no hay mucho más que agregar acá. Cada uno tiene que buscarle la vuelta a cómo poner en práctica esto…
Alguna noche atrás, el mismo amigo que me dijo que inmolarme no tenía sentido, se quebró en dos una noche, revoleándome una cita de Schopenhauer por la cabeza. Algo así como que “siempre va a haber alguien, que cuando el Universo se esté prendiendo fuego, se va a estar preocupando por su casa… y siempre va a haber alguien que cuando se esté prendiendo fuego su casa, se va a estar preocupando por el Universo”. El problema, dijo mi estepario amigo, es que ambos conviven en Uno mismo…
¿Y quién sos vos-yo-todos, para juzgar si uno está bien y el otro está mal?
Absolutamente nadie… No sos nadie.
Algunos se dedicarán a cambiar pañales, preocupándose por su casa y su entorno; otros se dedicarán a sacrificarse de otras maneras por sus pares, preocupándose por el Universo, y ninguna de ambas opciones está mal, siempre y cuando uno se sienta feliz con lo que eligió (INTERNAMENTE FELIZ), y no atente contra la sanidad mental -y la felicidad- de quienes lo rodean.
En otro orden de ideas, como intentando justificar esta dualidad, o polaridad, humana entre una vida tradicional (puertas adentro) y una jugada por otras causas (universales), pienso en aquellos que se han sacrificado por otros… Pienso en un Santiago Maldonado, defendiendo una causa que creyó justa (la tenencia original de las tierras de nuestros pueblos originarios) y pienso que él también, como todos, tuvo sus pañales cambiados… Detrás de todo actor social, hubo un pañal; y detrás de toda crianza, hay un futuro potencial actor social.
Con esto quiero decir dos cosas. Por un lado, que somos Una humanidad. Una humanidad que avanza, por lo que las polaridades como éstas existen sólo porque nos gusta definir las cosas y ponerle nombre a todo, valorizarlo, juzgarlo… Pero desde un punto de vista (quizás, si, algo flashero) de entidad planetaria, con una conciencia planetaria/colectiva, también somos Uno, y en ese 1, hay revolucionarios, líderes, educadores, personajes notables, y el doble de padres que hipotecaron parte de su energía y poder personal para dar luz y criar esos futuros actores sociales. Cada uno es universalmente imprescindible en un plan cósmico mucho mayor que el plan contemplado en nuestras agendas gregorianas. (Esto, por supuesto, no lo puedo comprobar, es sólo una corazonada).
Por otro lado, el hecho Real de que absolutamente todos, hoy, podríamos ser Santiago Maldonado. Cualquiera, hoy, que luche por una causa justa, puede pagar las consecuencias, y desaparecer… René ya se había dado cuenta, diciendo que “es indudable que ser honesto, en esta sociedad corrupta tiene su precio. A la corta o a la larga te la hacen pagar”. Y si es real que esta cuestión de que ambas posturas viven dentro de cada uno de nosotros (el que se preocupa por el Universo y el que se preocupa sólo por su felicidad inmediata); y si es verdad que somos Uno, entonces Todos debiéramos sentirnos tocados, conmovidos, sensibilizados, impulsados a actuar ante la desaparición forzada de Santiago Maldonado. Él, no se quedó sentado en su casa consumiendo programas televisivos y viviendo alienadamente, no, el salió a defender algo…
Y si hay una polaridad que puedo destacar en Santiago, es la polaridad que existe entre quedarse en el molde sin hacer nada y salir a actuar. Él no se quedó en el molde, al contrario, salió a escalar grandes valores.
En el 2010, mi viejo me ragaló un libro de Osho (que me hubiese encantado que el –y su generación entera- leyera) en el que, en estos días, encontré unas palabras que me permitieron barajar y repensar esta cuestión de las polaridades que se funden, que a su vez me permitieron entender a qué se refería mi hermigo con que ambas visiones viven en mí… La carilla del libro que leí con un delay de 7 años (tarde mucho en aprender a serenarme para darme el tiempo de hacer lo que quisiera con él), arranca con un cartel que dice: ERES TRANSCENDENTAL, y más abajo, decía:
“Así que el problema no es que a veces tengas momentos mágicos y a veces tengas momentos oscuros. La oscuridad de los momentos oscuros será proporcional a la magia de los momentos mágicos. Si en la positividad alcanzas las más altas cumbres, en la negatividad alcanzarás el punto más bajo. Cuanto más alto llegue la positividad, más bajo llegará la negatividad. Así que cuanto más alto llegues, más profundo será el abismo que tendrás que alcanzar. (…)
Hay que entender esto: si intentas no llegar a los niveles más bajos, desaparecerán las cumbres más altas. Te moverás por la llanura. Eso es lo que han conseguido hacer muchas personas, al tener miedo de la profundidad se han perdido las cumbres. Hay que arriesgarse. Para llegar a las alturas hay que pagar un precio, y el precio lo pagas con tu profundidad, con tus momentos bajos. (…)
Mucha gente, mucha –casi un noventa por ciento-, ha decidido vivir en la llanura, a salvo, sin arriesgarse. Nunca caen en la profundidad y nunca se elevan a las alturas. Su vida es anodina, gris, monótona, sin cumbres, ni valles, ni noches, ni días. Sólo viven en un mundo gris, sin colores… el arcoíris no existe para ellos. Viven una vida gris, y poco a poco ellos también se vuelven grises y mediocres.
No te acostumbres nunca a ningún tipo de mediocridad porque es un pecado contra la humanidad. No busques nunca una vida sin riesgo, ni busques nunca la seguridad, porque eso significa buscar la muerte. Vive peligrosamente, porque es la única manera de vivir. (…) La mente tiene una polaridad, tú no tienes ninguna polaridad, tú eres una trascendencia.
Recuerda esta palabra: trascendencia. Tú eres trascendental: ver más allá de las polaridades. Ambas polaridades están en ti pero tú no eres ninguna de ellas.”
Resumiendo… un verdadero ciudadano planetario no le teme a dar rienda suelta a su potencial (mi mayor temor, es ése, no desarrollar mi pleno potencial). Sin embargo, me recuerdo siempre lo mismo: no irme de mambo… Sobre esto último, el limado de Nietzsche nos escupe dos verdades en la cara a manera de advertencia: 1) “…estoicismo es la tiranía de sí mismo”; 2) “…el martirio del filósofo, su ‘SACRIFICARSE POR LA VERDAD’”.
Algo así como que quien se pasa de rosca en causas utópicas, se vuelve tan indignado con la realidad, que ya no se permite bajar la guardia, y ahí es donde se vuelve tirano de sí mismo, porque se obliga a ese “sufrimiento sin queja” que hay en el Ser-estoico; y se justifica, diciendo que lo hace por la verdad, que lo hace porque el Universo se prende fuego, descuidando así su casa, su templo, su Ser, su integridad, su Todo. Por lo tanto, si elegís Ser un Limado, al menos sé un limado mesurado, así tu energía no se disipa, no se escurre por un colador. Soldado que sabe cuándo huir, sirve para varias batallas más, diría Jorge Pablo Howard, mi abuelo escritor, mentor, amigo…
Un consuelo proactivo: No podes cambiar la forma en la que funcionan las cosas. Lo que sí podes hacer es cambiar la forma en la que Vos vas a través de las cosas que funcionan de esa manera…
Por ejemplo, yo no puedo cambiar el hecho de que un mínimo de 1.789.500 hectáreas de la Patagonia Argentina están en manos extranjeras…
No lo puedo cambiar…
Pienso, que el área continental americana que conforma la Patagonia es de 930.638 kilómetros cuadrados. Si hacemos algunas conversiones y cuentas sencillas, nos damos cuenta que ese un millón setecientos ochenta y nueve mil quinientas hectáreas que poseen los extranjeros, representa casi el 2% de la Patagonia. Parece poco, pero si pensamos en la superficie que ocupan, sumadas, todas las ciudades argentinas, nos podemos dar una idea que unos pocos extranjeros poseen unas cuantas hectáreas más que lo que puede llegar a aspirar a poseer un argentino.
Sacaría únicamente a Tompkins de la lista (una eminencia en lo que es la Ecología Profunda, y cuyos proyectos de restauración de hábitats, tanto en Argentina como en Chile, siguen vigentes al día de hoy, aún después de su muerte). Sin embargo, todo el resto de la lista no tiene, para nada, un motivo de conservación ecológica en la compra de sus terrenos. Démosle un vistazo a este listado:
– Benetton (empresa privada italiana)
– Heilongjiang (empresa estatal china)
– Herman W. Lay (sí… el de las papa-fritas)
– Mijndert Pon (empresario holandés)
– Joseph Lewis (H.D.P.)
– Jacob Suchard (el del chocolate)
– George Soros (multimillonario, posee un hedge fund que tiene en su poder bonos reestructurados de la deuda argentina en default. Tranqui, 120)
– Hubert Grosse (empresa belga)
– Ted Turner (fundador de CNN y dueño de una parva de medios masivos de desinformación)
– Inversora Roland (nada… una inversora)
…estamos bien…
Además, no poseen hectáreas de desierto, de estepa patagónica, no. Los extranjeros poseen hectáreas de áreas rebosantes de recursos naturales. Áreas por las que no podremos caminar ni beber agua de sus ríos en un futuro no tan lejano.
Si soy un (nunca tan bien dicho) oligarca, y estoy forrado de plata, y sospecho que las guerras del mañana serán por el recurso hídrico, por el agua, y si confío en la propiedad privada y en la herencia… pues bien… es clarísimo: Voy, y me compro un buen terreno en la Patagonia Argentina para la posteridad (esto es, obviamente, para la mía)…
Más escalofriantemente clarísimo es el hecho de que el primero en la lista de dueños patagónicos, es la empresa italiana Benetton, de la que ya se habló en este sitio a principios de año. Empresa que viene hace años disputando sus tierras con los pueblos mapuches (que estarían allí desde unos cuántos siglos antes que Benetton, pero sin título de propiedad). Es allí donde Santiago Maldonado fue a defender lo que él creía justo, y es por ahí donde también desapareció. Y cabe preguntarse, ¿a los intereses de quién defienden nuestras fuerzas? O, peor, ¿para quienes gobiernan nuestros pésimamente llamados representantes? La gente pareciera ir queriéndose despertar de una largo letargo… Y sale a reclamar a cada plaza central.
Sé estas respuestas. Me vuelven loco al despertarme todas las mañanas. Pero, como decía, no hay nada que pueda hacer para cambiarlo, porque de intentar hacerlo, terminaría inmolado sin sentido. Y son momentos así en los que me pierdo. En los que me siento absolutamente perdido e impotente. Momentos en los que no se bien para donde se está encausando mi vida, y si todo lo que hice sirve de algo o no.
Y es ahí donde intento disfrutar de la esencia de Ser.
De acoger, aceptar y abrazar el estar perdido.
De disfrutar esos momentos de no saber lo que yace por delante.
¡Perdete! Porque te da la oportunidad de cambiar de forma.
De dar forma a una nueva realidad para vos mismo, para cada día.
No todos tienen el privilegio de estar perdidos (ni una vez).
Ergo, caen en la calmada locura de creer que están siguiendo su propio camino.
Eso es muy alejado de la verdad;
el sistema tiene sus propios trucos en forma de placebos largoplacistas.
Y todos caemos en ellos de tanto en tanto, teniendo que comenzar de nuevo una y otra vez, para limpiarte, o mejor: purgarte a vos mismo hacia adentro de una fogata sagrada.
“Sagrado” en el sentido de que uno mismo pueda sacralizar sus momentos, sus acciones, sus decires; sin la necesidad de que haya un intérprete, un gurú, un sacerdote o cualquier personaje que crea poseer la única Verdad.
Tenes que poder quebrar-rajar-agrietar-resquebrajar tus propias estructuras.
Si no, no te podes perder…
Peor aún, nunca sabrás para qué naciste,
con qué razón mística,
qué tipo de misión superior necesitabas descifrar que aún no has podido ver.
Existe un término, que en español se me escapa…
Porque “atemporalidad” sería que algo no está afectado por las tendencias;
y la “intemporalidad” es algo que dura para siempre.
En inglés, timelessness, es un término más poético, que alude a la carencia del tiempo, en el sentido de no dejarse parametrizar ni volverse loco por el manejo del tiempo.
Timelessness, es lo que conseguís
cuando finalmente lográs
captar un vistazo
de todas estas verdades desperdigadas.
Pasada la tormenta magnética titánica con viento solar,
Se planta la semilla,
Y todo Nace otra vez.
– Brian Longstaff
BIBLIOGRAFÍA. (pa-que-No-digan)
Libros:
“Guerras Climáticas. Por qué matamos (y nos matarán) en el siglo XXI”, de Harald Welzer.
“Somos la gente que estábamos esperando”, de Miguel Grimberg.
“El Lobo Estepario”, de Herman Hesse.
“El Arte de Amar”, de Erich Fromm.
“¿Por quién doblan las campanas en Famatina?”, del Padre Omar Quinteros.
“Ante todo, no dudes”, de Osho.
Otros Artículos Relacionados:
“17 años sin el Dr. René Favaloro” – excelente nota de El Disenso (periodismo de investigación por amor a la patria) del día 14 de julio del 2017. Link: http://www.eldisenso.com/politica/17-anos-sin-el-dr-rene-favaloro/
Discurso de Pepe Mujica en UNASUR, transcripto en: https://ploff.net/ba-190-uno-por-su-la-actitud-frente-a-la-vida/
BA 232: “Arrancando el año en UtopicArgentina”. Brian Longstaff. Donde se aborda la cuestión Benetton en mayor profundidad. Link: https://ploff.net/ba-232-arrancando-el-ano-en-utopicargentina/
YouTube:
Documental español de gran importancia motivacional para todos: “Stop! Rodando el Cambio”. Link: https://www.youtube.com/watch?v=hGqpf3RX0Ik
Programón de Roberto Navarro sobre Santiago Maldonado y la tenencia de tierras en la Patagonia argentina. Link: https://www.youtube.com/watch?v=lYrwLyQqal8 – lamentablemente, dos semanas después de haber emitido este informe (y tantos otros más), a Navarro lo echaron del canal de noticias donde trabajaban. Tal parece que, desde arriba, la orden es que pueden haber periodistas hablando pavadas y dando sólo opiniones, pero “periodismo de investigación” no da que haya… es mejor que la gente no aprenda a pensar, y mucho menos a atar cabos…
La información está toda desperdigada por ahí… solo hay que ir atando los cabos que no quieren que atemos… poniéndome a buscar un poco fui encontrando la punta del iceberg…
Artículos del Garrón Patagónico:
“El hombre del lago”. Gonzalo Sánchez. Revista Anfibia. Universidad Nacional de San Martin. Link: http://www.revistaanfibia.com/cronica/hombre-del-lago/
“La Patagonia Vendida. Los nuevos dueños de la tierra”. Gonzalo Sánchez. Ed. Marea. Versión en .PDF en: http://www.editorialmarea.com.ar/assets/PatagoniaVendida.pdf
“La pelea por la tierra: Una empresa estatal de China quiere comprar 200 mil hectáreas”. La Política Online. Nota del día 11/03/2011. Link: http://www.lapoliticaonline.com/nota/50726/
“Soros compra Argentina. El magnate de origen húngaro es ya el primer ganadero del país”. Diario El País. 14/07/1997!!!!. Link: https://elpais.com/diario/1997/07/14/ultima/868831202_850215.html
“Quien es George Soros: el multimillonario aliado argentino en Londres”. Diario El Cronista. 13/02/2015. Link: https://www.cronista.com/economiapolitica/Quien-es-George-Soros-el-multimillonario-aliado-argentino-en-Londres-20150213-0067.html
“Caso Burco: la mayor acumulación de tierras en Río Negro”. Rio Negro. 29/01/2017. Link: http://www.rionegro.com.ar/region/caso-burco-la-mayor-acumulacion-de-tierras-en-rio-negro-XF2117550
Es sorprendente como algunas noticias no llegan nunca a los medios masivos de comunicación, ni mucho menos se siguen en el tiempo…
Seguimos mirando tinelli (va en minúscula a propósito), chimentos, mirthalegraneadas, mientras por detrás, todo se desmorona.
Fotos tomadas de Google, y otras tomadas por mí, o por Mauricio Tolosa y/o Abby Viale (abbyviale.tumblr.com)
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