Sociedad y Locura
La sociedad, el mundo en sociedad, las personas del mundo viviendo en sociedad, estamos fuera de foco, descalibrados, perdimos nuestro norte, nuestra estrella polar que nos guíe hacia un mundo mejor.
“¿El planeta? Úselo y tírelo. En el reino de lo efímero, todo se convierte inmediatamente en chatarra. Para que bien se multipliquen la demanda, las deudas y las ganancias, las cosas se agotan en un santiamén, como las imágenes que dispara la ametralladora de la televisión y las modas y los ídolos que la publicidad lanza al mercado. El modelo del año pasado es una antigüedad de museo.
El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuanto vales, proclama el norte del mundo, y los televisores, predicadores electrónicos, difunden el evangelio de la modernización. El dolor de ya no ser, que otrora cantara el tango, deja paso a la vergüenza de no tener; y el sur, basurero del norte, hace todo lo posible por convertirse en su caricatura” – Eduardo Galeano
Esta última semana, el dólar norteamericano –papelito irreal inventado por nosotros– volvió a dispararse a las nubes. Los comerciantes se atajan echándoles la culpa a los proveedores, mientras que los proveedores se atajan echándoles la culpa a los impuestos venidos de afuera, y el show debe continuar, y la gente debe seguir saliendo a consumir…
El problema, es que mientras las monedas y las acciones y la economía y aquella mano “invisible” del mercado hacen lo que quieren de nuestros destinos, más y más gente se queda fuera de juego, sin poder seguir consumiendo como antes. Ya habíamos hablado, en el Boletín Consciente N° 85, sobre la hipocresía del dinero, y sobre esta disfunción del capitalismo, a través de la cual genera su propia autodestrucción. En su búsqueda de ganancias y reducción de costos, las empresas despiden a sus empleados, pero al mismo tiempo los dejan sin poder de compra para “seguir jugando” dentro del sistema, seguir gastando sin pensar siquiera en ahorrar un mango.
El problema, entonces, no es solamente que la brecha entre los que pueden pagar y los que no se siga agrandando. El problema es que aquellos con disponibilidad de pago de los productos que siguen aumentando, los siguen consumiendo, sin importar que otros dejen de poder hacerlo.
En un intento de desglosar esta realidad, se llevó a cabo una convocatoria por las redes sociales en Santa Rosa, donde un grupo de ciudadanos se lanzó en contra de las grandes cadenas de supermercados y las estaciones de servicio que operan en la provincia para que el viernes 7 de febrero pasado se produzca un “apagón de consumo” como forma de protesta por la suba especulativa de precios. El diario La Arena informó que “Marcos Murcia” –a quien conozco personalmente por habernos acompañado varias veces pedaleando en la Masa Crítica, uno de los pocos ciudadanos comprometidos con cambiar las cosas– “es uno de los ideólogos, pero desde el primer momento aclaró que no busca darle contenido político a la movida, por eso no hay un organismo o partido que aparezca como cabeza visible”
Viajando en colectivo, yendo de Santa Rosa a Toay para acampar unos días más, escuché una conversación telefónica de una señora a medida que se acercaba mi parada… No pude evitar parar la oreja cuando escuché la palabra “dólar”…
– Escuchame viejita, te estoy llamando porque no sé qué hacer… tengo una plata ahorrada… y no sé qué hacer… ¿Lo cambio todo a dólares?…
Toco el timbre para descender… El colectivo comienza a frenar y a desviarse del camino para dejarme una vez más en el verde…
– ¡¡Pero decime viejita mía!! ¿QUÉ HAGO? ¿COMPRO DÓLARES?
Y me salió de adentro interrumpirla con una sonrisa: No compre dólares señora… Y me bajé del colectivo, atormentado. ¿Realmente tenemos que reconfigurar nuestras vidas en torno a cómo cambian las tasas de cambio por decisión de unos pocos fulanos de tal?
Hace unos días, al comprar un celular nuevo, el dólar me terminó favoreciendo. El celular que costaba $1600 la semana pasada, ahora sale $2150. ¿La solución?: bajar el standard, bajar el copete, y no seguir trabajando para adquirir un bien que se me va cada vez más lejos…
Mientras el operador de la agencia telefónica me mostraba qué opciones me quedaban, y mientras lidiaba con el hecho de tener que aceptar la pantalla táctil sí o sí, y mientras el mismo operador me intenta convencer diciendo que “es la tecnología del momento, no te queda otra”, le pregunto, como cosa de todos los días: “¿Y cuál es la obsolencia planificada de la pantalla táctil?”
Silencio…
“¿Cuánto va a tardar hasta que se rompa…?”
Silencio (y desconcierto).
“Pero sabes de lo que te estoy hablando, ¿no?”
Y al fin responde: “Si… Lo que pasa es que nunca antes me lo habían preguntado…”
Y es que sí… a los clientes pareciera sólo importarles poder seguir sacando fotos y posteando y sacando fotos y posteando, cuando la vida es en realidad lo que ocurre por fuera del ego online alimentado por banda ancha, wi-fi, y todos los satélites que perseguimos con la mirada en la noche… Esos puntitos artificiales que atraviesan una noche estrellada a velocidad constante y dirección perfectamente recta, sin vida, girando, orbitando… A los clientes poco les importa la sangre africana implicada en los minerales que conforman nuestros celulares. Como por ejemplo, el coltán.
Annie Leonard, una de las primeras valientes personas en referirse al tema del coltán directamente, informa en su libro “La Historia de las Cosas” que “aunque el coltán también proviene de otros países, como Australia, Brasil y Canadá, el 80% de las reservas mundiales estan en el este de la República Democrática del Congo, una región políticamente inestable y plagada de violencia. La extracción de coltán congoleño ha financiado a brutales fuerzas guerrilleras y a sus partidarios en países vecinos, como Ruanda, Burundi y Uganda”
Siempre lo mismo, desde 1492 hasta hoy y antes también: avaricia, codicia, ambición desmedida por la sobreexplotación de recursos naturales… Oro, Plata, Cobre, Diamantes, Coltán, Petróleo… todo manchado de rojo. (Si gustan, en este link pueden ver un documental sobre el Colán que me pasó un amigo indignado con el tema)
En fin, terminé comprando un celular a $960, y con los $640 de diferencia, me compré un libro y me pague un pasaje en tren a Buenos Aires para visitar a una amiga mía que se casa. La esquizofrenia del dólar me consiguió un libro, un pasaje, y el bendito celular.
Al llegar a casa, leyendo el manual del celular… unas advertencias importantes:
1. No guarde el dispositivo en calefactores, microondas, equipamientos de cocina caliente ni contenedores de alta presión ni cerca de ellos. La batería puede presentar fugas. El dispositivo puede sobrecalentarse y producir un incendio. (¿¿¿¿¿………..?????)
De verdad, ¿quién guarda un celular en el microondas? Sólo puedo imaginarme a algún vivo haciéndole juicio a una compañía de celulares multinacional porque el manual NO avisaba que NO se podía meter el celular en el microondas y se le rompió.
2. No muerda ni lama el dispositivo o la batería. Si lo hace, podría dañar el dispositivo o provocar una explosión. (¿¿¿¿¿………..?????)
¿¿Una explosión?? ¿Por cargo de conciencia…?
3. Y esta es casi como lavándose las manos… Cuando utilice el dispositivo en público, trate de no molestar a los demás. Gracias, ya sé que no le puedo hacer juicio a una multinacional cuando algunos adolescentes, también sacando ego hacia todos lados, ponen al palo la música del celular en un colectivo sentados al lado de una señora cansada de 45 años de trabajo sin parar. Otros, con mayor poder adquisitivo, lo siguen haciendo, pero con los caños de escape de las motos. Cuanto más ruido hago, más capo soy… ¿Qué nos pasa?
Me bajo, decía, del colectivo. Tengo unos 400 metros de caminata hasta la carpa, pienso… No dejo de pensar que la sociedad, toda, está cada vez más loca. Asqueada de sí misma, pero sin siquiera darse cuenta. Hacemos todo por inercia.
El mundo del consumo, nos da cada vez más opciones de compra, pero a cambio nos quedamos con menos opciones de ser felices, al estar cada vez más atados al ciclo del trabajar para consumir. Recuerdo cómo me llamo la atención la tapa del diario La Arena del domingo pasado: “Cambios culturales en la sociedad pampeana. Los concubinatos en 2013 cuadriplicaron a los casamientos”
¿Será que llegamos al punto donde ya no hay tiempo para el amor?
Al entrar al camping donde tantas noches pasé… me adentro en el sotobosque del pequeño caldenal que hay ahí… y veo a un tipo, con una escopeta, apuntando a los árboles –no apunta bien, recula un paso, dos, y vuelve a apuntar.
“Hey, hey, hey… ¡¡señor!! ¿Qué está haciendo…?”
Se da vuelta, creería que se dio cuenta de que él era, en efecto, un gil, y me dice: “No, disculpá, es que le estoy enseñando a tirar a mi hijo, ¿viste que en el pueblo no se puede?”
“Y acá menos se puede, señor, si esto es una reserva de caldenes, no puede andar matando especies por ahí.”
“¡Nah!, Pero mirá, ¡si es un rifle de aire comprimido nomás!”
“¡¡JUSTAMENTE!! Con eso puede lastimar a alguien que esté acampando acá, o incluso matar a alguna ave.”
“Pero nooooo…..”
“PERO SÍ, hombre, lo veo agazapado, con una escopeta, apuntando a los árboles y sólo puedo pensar que le está tirando a matar a un pájaro…”
“Bueno, discúlpame…” Me dijo, sin importarle nada en absoluto, se dio media vuelta y se fue, con una camioneta vieja y un acopladito lleno de troncos de Caldén… vaya uno a saber de dónde los cortó…
Y pienso, si ni siquiera amamos a la vida misma, ¿cómo podríamos amarnos a nosotros mismos?
Sociedad y Locura. Utopía y cordura. Lobos retornando de la estepa…
Hasta la semana que viene.
Brian Longstaff.-
Bibliografía
– Eduardo Galeano. Uselo y Tirelo. Ed Booket. Buenos Aires. 2009
– Annie Leonard. La Historia de las Cosas. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires. 2010
– Fotos extraídas de Google. Menos la foto de la pintada en pos de la libertad de las aves de Ojos de Pájaro.
Sofia Antonena feb 10 , 2014 at 01:12 01Mon, 10 Feb 2014 01:12:07 +000007. /
obsolescencia programada..lo q mantiene al mercado hecho y derecho…(?)…ja.me imagino la cara del tipo q intento venderte el celular..por experiencia propia, a un aparato de estos no le doy mas de dos años de vida útil :/
German Fresia feb 10 , 2014 at 23:50 11Mon, 10 Feb 2014 23:50:22 +000022. /
…."si te gusta su canto, es porque te gusta su libertad"…