Más Coraje Moral y el Principio de Precaución tomado al revés.
La cursada avanza como una tormenta de nubes cargadas de sabiduría natural revolucionaria. El coraje moral, hacer lo correcto cuando hay que hacer lo correcto, una forma de hacer lo que sentimos que está bien, sin dudarlo. Sentirlo, y hacerlo: Una reversión del pienso, luego existo de Descartes.
En una fructífera clase de Economía de los Recursos Naturales dictada por el Prof. Jorge Caviglia, debatimos sobre el rol de la cultura –implacable salvación– en la mejora de nuestra gestión del medio ambiente. Y de cómo el marco legal aporta reglas de juego para todos los diferentes sectores de la economía y, ergo, de nuestro sistema extractivo de recursos naturales y posterior contaminación. Las leyes permiten, en un sentido utópico pero palpable, regular, controlar, y castigar a quien contamina.
La Ley Nacional General del Ambiente, dice que todas las decisiones del gobierno deben contemplar al medio ambiente (Art N°5). Y los Principios de Política Ambiental Nacional de Prevención y Precaución (Art N°4) OBLIGAN A UN JUEZ A ACTUAR ante el llamado de una sociedad entera a que se respeten los derechos del planeta a existir.
El Principio de Prevención da importancia prioritaria, dentro de cualquier actividad o decisión, a todo lo relacionado con los problemas ambientales. El Principio de Precaución dice que se puede proceder a detener cualquier actividad ante la duda de que la misma esté afectando negativamente al ambiente (es decir, sin el fundamento científico, ante la duda, ¡parar!)
Por ende, si a corto plazo se genera plata explotando nuestros bienes ambientales (todo lo que nos da la naturaleza y vendemos por nada a otro país y volvemos a comprarlo en productos como si fuera todo), si lo hacemos rápido lo que queda son solo cuentas bancarias infladas para no sé quién. Sin embargo, a largo plazo, es obvio que conviene preservarlos para seguir disfrutando de los servicios ambientales que obtenemos de la naturaleza: alimento, materia prima, regulación del clima y depuración de la contaminación, etc.
Esos servicios ambientales debieran tener un gran valor, otorgado por una cultura consciente, actualmente emergente, para poder plasmarlos en un marco legal de corte sustentable que proteja al medio ambiente por mera aplicación del principio precautorio.
“Los bienes ambientales deben verse como el stock natural que brinda el ambiente y que, funcionalmente, cumple con el servicio ambiental. En general ese stock no tiene un mercado relacionado con su función, aspecto clave que distorsiona su real valor generando fallas.” (Caviglia, 2013)
En otra clase, de Ecología 1, conversábamos con el Prof. Jaime Bernardos sobre la viabilidad de realizar ciertos cálculos que implican relevar información de muchas muestras diferentes a fin de llegar a una conclusión.
Dicho más fácil, si tomamos una población de palomas de una ciudad, quizás cuesta mucho DINERO tomar muestras, una por una, de un montón de palomas a fin de conocer cuántas palomas hay. Y quizás, si nos tomamos el trabajo de hacerlo, las conclusiones a las que lleguemos puedan carecer de importancia por no presentar ideas nuevas, significativas. Por esto, algunos proyectos de investigación, y ciertas áreas de la ciencia, no son investigados porque es muy costoso llevar a cabo el muestreo necesario para fundamentar lo que creemos que ocurre y queremos probar.
Y existe una consecuencia nefasta que llevan a cabo las empresas de gran impacto ambiental (ya sea por la materia prima que extraen masivamente o por los desechos que largar, o las dos). Por ejemplo, una empresa como Monsanto se niega a hacer un estudio sobre el verdadero impacto a largo plazo del uso del glifosato, porque sencillamente es muy caro realizar una investigación sobre todas las plantas de soja plantadas en continente Americano. Es inviable económicamente, y además, quizás ni vale la pena hacerlo –desde un punto de vista empresarial- al no estar seguro de obtener resultados negativos.
Y cabe preguntarse… a empresas como a estas, ¿no se les aplica el Principio de Precaución? ¿No hay jueces que salten a defender el planeta? Pareciera que no, porque acá nos aplican el principio precautorio al revés, al ser las empresas las que le dicen al Estado: Yo voy a seguir contaminando hasta que vos compruebes que estoy contaminando. Y es el Estado el que tampoco dispone del dinero para realizar las investigaciones que se requieren para defender el planeta, y de precaución no hay nada.
En palabras del Prof. Caviglia: “Del modo que una sociedad le otorga importancia y valor al ambiente para su desarrollo, estará expresando el aprecio cultural de la naturaleza. Ello se hará visible en el diseño de políticas que condicionen la actividad económica, controlando el poder del mercado para resolver la valoración de los recursos naturales. ”
Lo de siempre, parafraseado: cambiar la cultura, para cambiar hábitos de consumo de forma natural, y cambiar el sistema de adentro hacia afuera.
Hasta la semana siguiente,
Brian Longstaff.-
Bibliografía.
Este boletín fue escrito inspirado en las clases teóricas dictadas en la primera quincena de octubre del corriente año en las materias de Ecología 1 y Economía de los Recursos Naturales, a cargo de los profesores Jaime Bernardos y Jorge Caviglia respectivamente.
Las fotos fueron realizadas por Sabrina Tellini, viajera del tiempo y diseñadora de vida. Gracias por tu visita.
Miguel Angel Guerrero oct 13 , 2013 at 22:30 10Sun, 13 Oct 2013 22:30:30 +000030. /
En mi opinión, todo pasa por política. En nuestra querida Patria Argentina faltan políticos que hagan cumpliar las leyes dictadas por el Congreso, como son en este caso las ambientales. Si cierran un acuerdo con X empresa se debe respetar las claúsulas y/o artículos. Se debe crear Entes Reguladores, o mejorar los actuales, que las controlen, y otros para sancionar el NO cumplimiento. Pero a estos acuerdo, influye mucho la parte social (Grandes empresas toman mucha mano de obra) en donde dejan pasar muchas cosas como por ejemplo contaminar el ambiente. Como no se ve yá, ahora, no se preocupan. Pero a futuro se sabe que tenemos recusrsos devastados, sin servicios ni bienes. Todos deberíamos pensar viendo el futuro de nuestros recursos sean polítcos o ciudadanos comunes ("Una mente Sustentable") .-