Serenidad ante un “Careta”
A veces nos cruzamos con gente que choca totalmente con nuestras creencias. Gente que vive en un mundo totalmente sostenido por el ego, sin criterio alguno de ellos mismos, y mucho menos de sus acciones. Estoy hablando, lisa y llanamente, del CARETA de nuestra sociedad… Una persona cuyo mundo está dentro de su casa, y todo lo que entra y sale no tiene origen ni destino, sencillamente porque a él no le incumbe…
Todo lo que atraviesa su hogar, está ahí por obra y gracia del dinero, que le permitió pagar por su “derecho” de utilizar y disponer de lo que compra. Cómo se destiló a la Naturaleza para obtener nuestro confort pareciera no molestarle al Careta…
“CARETA” es un término utilizado muy ampliamente. La Real Academia Española define “Careta” como: “Máscara, fingimiento, disimulo”…
Así que decir que un Careta es alguien que finge ser otra persona, alguien de mayor status –si es que este concepto existe-, alguien que se cree superior al resto, no estaría tan errado… Son personas totalmente desconectadas de su entorno, que solamente se conectan con la imagen que proyectan de si mismos hacia el exterior. El “careta” está totalmente disociado de lo que ocurre antes y después de la compra y desecho de cualquier producto que consuma.
Camioneta polarizada / acelerando (con el semáforo en rojo…) / volumen al palo / baja la ventanilla / saca el brazo / tira un papel / sigue de largo: cae invariablemente en la definición…
En algún lugar cerca de las Cataratas del Iguazú, Martín Caparrós nos escribe embroncado: “En el restorán del hotelito, esta mañana, él, tan joven tan prolijo tan bien afeitado, desayuna con ella tan joven tan prolija tan bien afeitada, frente al televisor que pasa una película. No se hablan, pero, de tanto en tano, se acarician las manos –digo: no a sí mismos: uno la mano de la otra, la otra la de uno. El joven bien afeitado agarra un celular bien afeitado y oprime con esmero:
– Mamá cómo estás si estamos acá con Claudia si genial todo perfecto no yo solamente como ustedes tienen más experiencia quería preguntarles qué son las cosas para hacer acá.
Después la escucha, asiente. Uno de los resabios más persistentes de mi juventud setentista es esta rara idea, tan difundida entonces, de que los jóvenes buscan per se el cambio: que buscar ciertos cambios era la consecuencia más obvia de ser joven. Supongo que era una falacia como tantas –un dato ideológico como la resurrección de Jesucristo o los beneficios de la verdurita. Pero cada vez que un joven conservador –un nabo- todavía me sorprende, como si algo del mundo no funcionara bien.”
El asunto es… creo yo, lo pienso… NO ponerse de mal humor ni generar sentimientos de ira para con un Careta… Saber NO sacarse… sino dejarla pasar…
Pero, ¿de dónde surge la bronca por el otro? ¿Por qué impacientarse? Por lo general, la bronca que nos puede producir un careta, surge de su entero desconocimiento de lo que pasa por fuera de su estructurada vida… Por ejemplo, miren los siguientes breves minutos… están filmados en la Isla Midway, a más de 2000 millas del continente más cercano, es decir, un lugar supuestamente prístino, habitado por aves de todo tipo, totalmente alejados de toda la civilización humana y sus desechos.
Acá nos pasa algo parecido en el Basural a cielo abierto de la ciudad de Santa Rosa… la ciudad consume y consume, y sus desechos van a parar un poco más lejos, donde la gente no lo vea… Esto se repite en casi todas las ciudades del mundo y no se presentan soluciones concretas para procesar nuestro impacto sobre los ecosistemas.
Arthur Schopenhauer, un filósofo alemán genial, decía que “si uno se siente irritado por los comentarios absurdos de dos personas cuya conversación ha oído por casualidad, debiera imaginar que fue un diálogo de dos tontos en una comedia. El hombre que llega al mundo con la idea de que instruirá a todos en temas de la más alta importancia podrá agradecer a su buena estrella si se escapa con vida (…) La ira o el odio nunca deberán demostrarse sino en lo que uno hace, y los sentimientos serán tanto más eficaces si se traducen en acción, ya que con ello se evita exhibirlos en cualquier otra forma.”
En este sentido, no amargarnos… sino empezar a pensar, trabajar, charlar, diagramar, con quienes sí poseen una mirada integrada de la vida… Por suerte, la esperanza es algo que NO se pierde, nunca…
Será hasta la semana que viene,
Brian Longstaff.-
Fuentes:
Martín Caparrós. “El Interior”. Editorial Seix Barral. Buenos Aires, 2010.
La primera foto fue extraída de Google; la foto del Basural de Santa Rosa fue tomada por Agustina Álvarez; y las dos infografías sobre tirar basura son de la “Fundación por un Mundo con Menos Idiotas”.
Ezequiel Benvenuto Manarin Apr 27 , 2014 at 07:56 PM /
Sabias palabras, similar a la charla de ayer de no bajar los brazos ante tanta ignorancia… y poder, cada uno de su lugar, aportar el grano de arena para mejorar día a día… Abrazo viejaa
Jenny Rios Apr 29 , 2014 at 06:05 PM /
Después de todo hasta el mas careta te enseña algo. Serenidad es la palabra justa- digo la palabra justa, porque muchas veces mantener la paz "social", de la que tanto se habla, no es la tranquilidad interior ni el bienestar personal, sino mas bien es sinónimo de "Cállate la boca, no te metas" y déjame gobernar tranquilo- genial la de Schopenhauer, lo voy a usar como recurso cuando escuche cabezitas burguesinas hablar- (No desespera quien tiene ganas de crear, se concentra en la mecha y le da fuego a su idea. Del mismo fuego algunos se encienden hasta arden en lo mas alto, otros se queman ) 😉