Jardinería Humana
Un boletín a media semana a modo de invitación. Boletín adelantado, y no de domingo… Adelantado, porque realmente quería destacar el trabajo de un grupo de ciudadanos pampeanos que realizan una obra de teatro que va a estar este viernes y este sábado, ambos días a las 21:30 hrs., en la sala ATTP (toda la información de la obra haciendo click acá)
Fui invitado a la primera obra y me voló los pelos (y algunos pensamientos también): JARDINERÍA HUMANA (ya el título dice mucho…), de Rodrigo García, propone una aceptación de uno mismo, un perdón, pero sólo después de un proceso de depuración, de purga mental, que impone la obra a la que uno se somete al entrar al teatro. Y no un sometimiento negativo, peyorativo, alienante, minimizador, individualista, sino un sometimiento lógico, un “tenés razón” inevitable que pensás adentro tuyo en el transcurso de la obra.
Una obra distinta… Una obra que comienza, y uno –al ratito– comienza a sentirse mal, no necesariamente atacado, pero sí cuestionado… porque uno está ahí, ya compró la entrada (que por cierto sale lo mismo que un drink en un boliche, lo cual a su vez nos hace pensar en cómo valoramos el arte… ¿no?, digo nomás) y al estar ahí no te queda otra que encaravanarte en un viaje de autoanálisis que (yo) simplemente no podría pensar cuánto tiempo duro… Eso mismo, me olvidé del tiempo durante el tiempo que transcurrió la obra, y eso es algo hermoso, que había olvidado, o que pensé que solo se lograba meditando. Entonces, lo que primero sentí como una crítica hacia mis hábitos de consumo, a mi rutina, después se tornó en el consejo de un amigo, más bien, en la confesión de un amigo.
Y cuando parás el tiempo, cuando te frenas a pensar dónde estás parado, o mejor: no pensar, para sentir que estás parado sobre algo: creencias, valores, cultura, futuro en común (el buen vivir, el “dejarse de joder” y ser frugal). Recién ahí pensás en lo existencial (ojo, ¡sólo ahí…! Siendo que lo existencial forma parte de nuestras vidas). Ahora bien, ¿hasta qué punto nos permitimos incursionar en estas preguntas existenciales? ¿Tenemos el tiempo de pensar en ellas? ¿No deberíamos poder disponer de Tiempo para pensar en ellas, para pensar qué quiero hacer de mi vida, además de laburar y pagar cuentas? – ¿O acaso tenemos miedo de pensar en preguntas existenciales? En algo tan existencial como ser: ¿Por qué estoy trabajando en este laburo que no me produce felicidad alguna? – NOS MERECEMOS EL TIEMPO DE CONTEMPLAR LA NATURALEZA Y NUESTRA PROPIA EXISTENCIA – Pero pareciera que en el hoy no disponemos de Tiempo para la contemplación (por más que sea biológica y espiritualmente necesario contemplar la realidad que te rodea como algo más grosso, más superior a vos).
Parece que solo le echamos la culpa a la política… pero, ¿qué le reclamamos a la política?, ¿no estamos externalizando NUESTRA responsabilidad con el mundo al echarle la responsabilidad de acción a la política? – no recuerdo dónde lo leí, pero: siempre y cuando la economía no se democrática, la política tampoco lo será. En este sentido, las soluciones para evadir la mentira del sistema social en el que estamos inmersos, depende sólo de nosotros mismos, y de buscar soluciones locales que luego se replicarán de forma tal que simplemente “contagiará” a la sociedad entera. (Sobre esto y otras ideas retomaré el boletín siguiente)
Pues bien, obra teatral, para santarroseños, preguntas existenciales: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero hacer de mi vida? ¿Cuál es –después de todo– el sentido mismo de la vida? De todo esto y un poco más nos encontramos en esta obra. Cuestionando nuestros hábitos y nuestra forma de pensar la realidad.
A esto llegamos. A hablar entre dos personas con 15 personas más entre medio en diferentes conversaciones de Whats Up, Facebook, Twitter, etc. No saber respetar el momento por lo que es… salir a caminar y que sea una caminata, un mirar detalles/bellezas ocultas. Y no llenarlo de más redes sociales mientras transito la sociedad. El tener una mascota como fuente receptora de toda nuestra personalidad… laburos en torno al mascotismo, y gente muriendo de hambre.
A esto llegamos. A no soportar el silencio… A sentirnos obligados, a veces, a hablar de boludeces… a compararnos constantemente con el otro, a comparar anécdotas, vivencias, saberes… cuando en realidad… ¿son comparables los momentos, las situaciones, las desgracias? ¿Por qué existe gente que se alegra cuando a otro le va mal? Para eso es mejor no contar nada, quedarse callado, disfrutar de un momento en soledad en vez de ir corriendo a contarle a alguien sobre cómo logró sortear el aburrimiento en su vida…
Uno piensa en todas estas cuestiones como un trueno atemporal en esta obra. Mis felicitaciones a sus participantes y ¡suerte en el re-estreno!
Será hasta el domingo,
Brian Longstaff.
Agradecimientos (¡y éxitos!)
A todo el Equipo de Jardinería Humana, por compartir la visión de cambio, e invitarme a ver la obra: Carina Patthauer, Mauro Forte Brajin, Mapi García Barberena, Marcelo González, Melisa Aimar, Valeria Buss, Camila García, Miguel Sanchez y Edith Gazzaniga.
Mapi GB Aug 06 , 2014 at 01:07 PM /
Guau! Gracias a vos por sentirte asi
Edith Gazzaniga Aug 06 , 2014 at 05:15 PM /
Mover, mover, mover…
Ricardo Calderon Flores Mar 25 , 2015 at 10:58 PM /
no conocía la publicación y me parece muy acertada, vivo en Mexico Distrito federal