Momentos.
“Siempre es sólo un momento y se vá…” – Camila Moreno
Cómo la vida puede definirse por una serie de eventos afortunados, buenos recuerdos, vivencias, aprendizajes instantáneos en momentos instantáneos… es simplemente increíble, o es sencillamente el jugo de la vida… Lo que se produce después de estos momentos frugales profundos, altruistas, es una re-significación de nuestra percepción de la realidad. Parafraseando, cuando un momento vital imprime en nosotros un sentimiento de identidad, de sentirnos parte, de sentirnos UNO, cambiamos para siempre, porque vemos que –mágicamente- empezamos a estresarnos menos, al no ver al otro como un sinónimo de competición, otro ego más del cual protegerse de su soberbia.
Todo esto no es nuevo, estos sentimientos de Unidad y Filosofía Perenne, vienen de cientos de años antes de Cristo… En palabras de la Dr. Sally. J. Goerner: “Esta filosofía ve al mundo guiado por una Unicidad” ((( En la sección de Conceptos de Ploff.net pueden encontrar, haciendo click acá, unas líneas sobre esta filosofía. ))) Pero pensémoslo un cachito. ¿Qué pasa cuando nos sentimos Uno con los demás? Y no solo con los demás, sino con absolutamente todo… cada planta que nos cruzamos caminando, cada maleza, cada baldosa, cada gorrión, nube, tronco, semáforo, buzo, libro, Ser.
Momentos de unicidad tenemos todo el tiempo; pasa que tenemos que empezar a reconocerlos… charlas nocturnas con gente que está igual de loca que vos. Ovejas negras, destinadas (por elección propia) a cambiarán el mundo, que se van juntando y creando, a través de creer en un mundo que no esté regido por un maldito salario. En momentos de unicidad… somos conscientes de TODO lo que está pasando en ESE momento… y nos damos cuenta, en un instante puntual, QUE NADA ES PUNTUAL… Porque todo en el mundo, en la naturaleza, son procesos… NO HAY NADA ESTÁTICO. Todo depende de la escala de tiempo y de espacio que tomemos para observar, pensar, y concluir.
La formación de una montaña es tan sólo un instante para el planeta; un “¡PLOP!” de un día al otro de adentro de la tierra y PUM PARA ARRIBA la montaña cuando dos placas tectónicas colisionan. Pero ese tiempo nos parece una eternidad a nosotros, plagada de terremotos y maremotos. La plata que gastamos enmendando errores en nuestra urbanización luego de un desastre ambiental tiene que ver un poco, en mi opinión, en el absoluto desconocimiento de los tiempos de retorno de los grandes eventos meteorológicos extremos y demás tipología de desastre natural, a la hora de hacer la planificación urbana de la ciudad. Ojo, recién ahora estamos contando con la tecnología para estimar esos “tiempos de retorno”, pero claramente la Naturaleza nos demuestra que ella no debe amoldarse a nosotros, sino nosotros a ella.
Bueno, supongo que tampoco tengo que bardear tanto… algo se planificaba, sí, sí… se planificaba dónde poner la plaza principal, la municipalidad, la iglesia y la escuela, pero ¿qué importa si construimos sobre una llanura de inundación? Lo que importa es desmontar; y así, nació Resistencia (Capital de la Provincia del Chaco). Lo único que importaba cuando se fundó Resistencia era ser un sitio privilegiado para la concentración y salida de productos obtenidos de la explotación forestal, las actividades y las colonias agrícolas… pero cuando se copó la parada, la gente de bajos recursos, producto de una expansión poblacional tampoco planificada, se fue asentando hacia la ribera de los ríos (lugares de donde nadie intenta expulsarlos por ser zonas anegables).
||||| Realidades que no me gustan, las pongo a un costado… ¡Bien ahí Sociedad!…, la hicimos re bien… reprimamos… es la que va! |||||
Realidades… aquí y ahora.
Todo esto lo pensé como una catarata de ideas, en un instante… en un momento de tranquilidad, al ir a la laguna Don Tomas hace unos días… Atardecía, había llovido por un par de días, y me colgué contemplando el nivel del agua que llegaba casi hasta mis pies por la crecida, mientras el sol se filtraba por las nubes a lo lejos, untándose de a poco en la línea del horizonte. Momentos que (me) despiertan…
Y en mi colgadura empiezo a escuchar voces… dos chicos, tendrían 11, 12 años, remando con dos pequeñas canoas… Venían charlando. Bah. Venían compitiendo el uno con el otro –¡Hey!, ¡frená!, ¡qué vas muy rápido! /// ¡Anda! ¡Vos! No tenés ni idea como remar /// Pero no ves que sos un giiiil– El primero que iba adelante sacó ventaja y el otro quedo atrás, refunfuñando…
– ¡Hey! ¡Compiten mucho ustedes!– le grite – ¡La onda es disfrutar! – (Sonríe) – Es un lujo lo que están haciendo… remar en la laguna, buena onda ahí… ¡Disfrútalo! Al pedo competir…
– ¿Querés venir?
Y si hubiese tenido bote hubiese ido… Pero lo que me impactó… Lo que imprimió misticismo y posterior aprendizaje en ese momento, fue la verdadera naturaleza de los más chicos. Ellos (y ellas, por supuesto) están muchísimo menos permeados por los procesos de socialización que nos fuerza a seguir el sistema en el que vivimos. A lo que voy es que el chico ni pensó si yo tenía la plata para comprar una canoa, ni pensó en si su profesor se enojaría por invitar a completo desconocido a remar con ellos… simplemente al darse cuenta del lujo que era remar, procedió a la inclusión, a compartir el momento con el otro, a extender la mano… Esa era la verdadera forma de ser del humano, ahí mismo, en un momento sencillo como cualquier otro, pero cargado de sentido.
Un momento revitalizador puede ser un simple amanecer, que tiene el coraje de tener la complejidad de nunca ser igual uno con el otro. Horacio Gatica, amigo mío, ciclista, mecánico, carpintero, y genio (por saber mezclar todo eso en Arte), lo describe humildemente: “!!!!QUE AFORTUNADO ME SENTI HOY!!!!…Cuando a las 6 de la mañana pedaleando en la penumbra del amanecer en una ruta lejana, se me brindo ante mis ojos el más surrealista de los espectáculos, e hizo que detuviera mi marcha a contemplar ese encanto gradual casi imperceptible pero que iba tiñendo con dulces tintes degrades; todos los precios materiales no pagan ni reemplazan el ver a nuestra hermosa compañera vestirse con el ropaje Rojizo que le regala esta nuestra casa, ¡¡¡¡nuestra Tierra!!!! ¡¡LUNA!!, ¡¡¡¡¡¡¡YO TE VI VESTIRTE DE ROJO!!!!!!!”
Y de lo macro, vayan siempre a lo micro… y de lo micro, a lo macro… una y otra vez. CAMBIAR DE ESCALAS TEMPORALES Y ESPACIALES COMO UNO SE LE DE LA GANA es una HERRAMIENTA para tener a mano a la hora de contemplar la Naturaleza para reducir nuestros niveles de estrés inventados por el ego. ¡Animémonos a crear momentos como estos todo el tiempo, porque estamos cultivando conciencia para cosechar luego paz mental!
A manera de ayuda para lograrlo, Andrés Hillion, gran amigo mío me paso un link para poder ver en cámara lenta, y con gran aumento, varios procesos químicos que ni nos podíamos imaginar, como la cristalización de un mineral. Para l@s que gusten: hagan click acá.
Sin más, será hasta la semana que viene,
Brian Longstaff.
Pd. Aviso Copado e importante para santarroseños:
Gise López Oct 15 , 2014 at 08:25 PM /
Relativizar el tiempo, aceptar que un instante puede ser eterno en la memoria sensitiva.
Gise López Oct 15 , 2014 at 08:25 PM /
Relativizar el tiempo, aceptar que un instante puede ser eterno en la memoria sensitiva.