Mambos Existenciales
Pensar… eso que nos hace ligeramente diferentes al resto del mundo vivo. Es una cosa que no logro dejar de hacer. Un hábito casi adictivo: pensar, pensar y pensar… despertarme, ya sea con la Luna o el Sol surcando el cielo amplio pampeano, y automáticamente retomar la cadena de pensamientos que dejé hace unas horas detrás y ponerme a hacer algo…
No tengo sueños, o no los recuerdo. Me consuelo, diciéndome a mí mismo que esto pasa por soñar despierto, por creer en las utopías y hacer de ellas el combustible que me lleva y me lleva; a dónde, no sé, pero al menos me lleva… Pero no puedo dejar de pensar en cómo mejorar las cosas, a escala global… –no es ambientalismo, es cambiar el mundo– y es que Ploff.net cumple ya 4 años y 192 intentos de hacerlo a través de la conciencia que buscan generar estos boletines. Y fue un viaje escribirles fervientemente todos los domingos, porque no puedo dejar de imaginar realidades paralelas, en las que no tuve la suerte que tengo. Sé que la suerte en realidad es moldeada por uno mismo a través de la actitud que ponemos para hacerle frente a las circunstancias que nos toca vivir en nuestra vida… Sin embargo, no dejo de pensar en ese grado de azar, que hizo que no tenga que estar buscando agua en el desierto durante horas. Y no es extremismo, sino realismo puro.
En la mitad de la noche, salgo a regar la huerta. La Luna está llena, y pienso en qué tanto afecta el campo gravitatorio de esa sabia roca voladora a la absorción de nutrientes del suelo del patio de mi vecindad…
Últimamente, me di cuenta, que las horas invertidas en todas las pequeñas cositas que hay que hacer para mantener a una huerta viviendo y creciendo cómodamente, son mucho más espiritualmente nutritivas que horas sentado frente a un diván.
La Luna sigue en perfectas tres dimensiones, globosa, imponente; un par de nubes blanqueadas por la luz reflejada del Sol del otro lado del horizonte intentan acariciarla, pero sólo logran zambullirse entre sí, bailando unas con otras.
Agarro la manguera, que sirve para regar localizadamente a nuestros tomates y berenjenas, y forcejeo con el grifo del agua. Intento calzar la manguera en el grifo… lo intento una, dos, tres veces; no puedo. Momentáneamente, me encabrono; no sé si conmigo, la manguera, el grifo, o el tiempo que estaba perdiendo intentando resolver esa situación…
Había olvidado aquello que leí hace poco por ahí, que el tiempo no es una variable cuantitativa, sino totalmente cualitativa. Y ahí me pegó la imagen, por cierto, desértica otra vez… llegando trotando y sediento a un grifo en la mitad de un muro de ladrillo viejo y lleno de polvo, intentando conectar una manguera, o peor, intentando abrir el grifo atascado, queriendo sentir el agua filtrándose por mi garganta, saciando la sed indescriptible, el pastuche en la boca, y sacando ese horrible estado de somnolencia de horas y horas sintiendo nada más que sed.
Y así me pasa constantemente… imágenes que me llevan y me traen a todos lados, a veces lejos, a veces cerca… donde hay personas que están para atrás… como el testimonio presentado por Teófilo Mendoza, un puestero de Limay Mahuida, a la buena gente de la Asamblea por los Ríos Pampeanos. Él acarrea el agua desde Chacharramendi. Tres mil pesos es lo que paga por cada viaje y lo hace una vez por semana…
Y pienso: este tipo paga tres cuartos de mi sueldo en agua, y yo renegando por no poder conectar mi manguera para regar mi huerta para lograr acercarme minuciosamente, de a poquito, a la tan imaginada soberanía alimentaria… (Las palabras de Mujica resonando aún en mi mente: “No he visto mundo más “machete” que el que nos toca vivir…”)
Decido seguir el buen consejo de mis mejores amigas y salir a dar una vuelta… mezclarnos con la noche, e ir a un bar. En la puerta, dos policías forcejean con un joven… Tal parece que “discutir” llega a un punto donde una de las partes ejerce al máximo el poder de coerción que tiene a su disposición, en este caso, una chapa. La situación me incomodaba, otra vez esa teletransportación a los zapatos del otro, y verme ahí en el suelo, con la mejilla contra la baldosa de cemento y dos orangutanes encima manteniéndome inmóvil… empecé a gritar, con silencios de un par de segundos entre grito y grito, con fuerza: ¡¡ABUSO DE PODER!!, ¡¡ABUSO DE PODER!!… Medio minuto después, unas cuarenta personas salieron del bar y vivenciaron lo que ocurría. De pronto patrulleros, escopetas, y se lo llevaron.
Me revienta la gente que abusa de su poder. Y esto lo hace cualquiera, desde un policía egocéntrico, a un profesor mediocre, o un patrón enviciado con el dinero, o hasta un automovilista que le pone el auto encima a un ciclista… En todos los escalafones de la sociedad, nos encontramos con personas que parecen arrebatarnos lo lindo del día, eso que a veces nos cuesta tanto percibir. ¿Y qué hacer con estas personas? Me frustra muchísimo, lo confieso (o me frustraba)… sentir carnalmente cómo mi buena vibra se mezcla con otras ondas negativas externas cancelándose entre sí.
¿Cómo haces para seguir construyendo cuando otros destruyen?
¿Por qué cornos existe la maldad en el mundo?
Hoy sé cuál es mi misión en el mundo.
Germinar conciencia. Romper estructuras. Despertar el potencial humano… Plantar la semilla y elevar los niveles de conexión de la gente con lo que hace y la Naturaleza.
Y siento que, si estoy logrando generar conciencia, no puedo parar en ningún momento, no puedo bajarme de ese tren porque es mi responsabilidad social y el motivo por el cual vine a esta vida. Ahí está: sobre la mesa. Lo más vivo en mí. El hecho de no estar pudiendo ser feliz del todo con lo que estoy haciendo, porque me siguen pesando más todas esas imágenes de sufrimiento e injusticias… Porque ya existen múltiples soluciones, posibilidades, futuros, opciones, ideas, salidas, alternativas, documentales, obviedades, que hacen que realmente la humanidad tenga que dejarse de j0d3r en algún momento y despertar… Siento que en algún momento a lo largo de mi camino, se me va a salir la cadena, pero no por “enojo”, sino por accionar direccionado… el hecho de mandar absolutamente toda tu energía a una cosa, y olvidarte de ser feliz.
¡¡¡Fue!!! Necesitaba reconectarme conmigo mismo… Estirar el tiempo, y tener una de esas charlas atemporales que te hacen crecer en unas horas lo que no creciste en años.
Existen personas, chamanas y poderosas personas, que se funden con lo que les estás diciendo y realmente te escuchan. Mi amiga Patricia Aguera me tiró un gran salvavidas, explicándome el sufrimiento humano con una hermosa analogía… Una madre, al dar a luz, pasa por una etapa de sufrimiento intenso, en el que llora, sufre, grita, siente nauseas, y vuelve a gritar, pero sólo para crear algo hermoso… Nuestro planeta está pariendo una nueva generación de seres humanos a los que SI les importa lo que le pasa a la Naturaleza, porque saben, sienten, que lo que le ocurre a ella nos ocurre a todos.
En este sentido, comienzo a permitir la idea de que el despertar se está produciendo, y que toda esta “maldad” dispersa, se debe a un simple cascarón que se rompe, y nada más que eso. Una metamorfosis no es precisamente una sesión de masajes… El sistema es un velo con el cual nacemos que nos es impuesto desde afuera… y sino, simplemente piensen al sistema como lo que está detrás de esa sensación que nos agarra cuando vemos algo que sabemos que NO debería ser así… O piensen en lo que NO es sistémico, como lo que comenzamos a ver al apagar el televisor.
Patricia me charlo apasionadamente acerca de algo que yo venía sintiendo hace tiempo, la cinemática de las polaridades que estamos viviendo… el yin y el yang fluyendo armoniosamente y zambulléndose entre sí… Todo gracias al fin del machismo en todo sentido, y la emergencia de una nueva energía, más sutil y femenina, en todo el mundo… una energía que fluye y emana de todo gracias al amor, a la ternura del Ser, y a su actitud de guerrera ante la vida, de protectora del medio ambiente.
Con respecto a mi enojo de siempre… ese tick-tack que me hace la cabeza cuando me cuelgo con un cachetazo auto-concientizatorio de la vida real, Patricia me dijo que de nada sirve actuar desde el enojo, porque el enojo no es sino otra forma de miedo, y el miedo es inseguridad. En cambio, accionando desde el amor, la energía fluye de otra manera, porque todos nuestros actos son verdaderos.
Porque el amor es la energía creativa más poderosa. Y al mismo tiempo, compartir esa energía con quienes estén dispuestos a recibirla, y no frustrarse intentando imponer una forma de vida para el resto, ya que el resto está en su propio camino de aprendizaje personal…
Y confiar; confiar en que, otra vez, al haber tantas soluciones, posibilidades, futuros, opciones, ideas, salidas, alternativas, documentales, obviedades… la humanidad dará el salto casi que por cuenta propia…
Salgo de esa charla atemporal para tomarme el colectivo hacia el trabajo. Mientras mi cuerpo se mueve siguiendo la inercia de cada movimiento de ese bólido metálico, abro “El Hombre Maquina” de Julien Offray de La Mettrie, aquel libro que conseguí en aquel viaje a Córdoba por septiembre del año pasado, para darme cuenta que este otro chaman-literario francés ya lo venía diciendo desde 1748…
“Los criminales, los malvados, los ingratos, aquellos, en fin, que no sientan la Naturaleza, tiranos desdichados e indignados de la luz, en vano hacen un cruel placer de su barbarie. Hay momentos calmos y de reflexión en que la conciencia vengadora se levanta, testimonia con ellos y los condena a ser destrozados casi sin cesar por sus propias manos.
Quien atormenta a los hombres se atormenta a sí mismo y los males que sentirá serán la justa medida de los que habrá realizado.
Por otra parte, hay tanto placer en hacer el bien, en sentir y reconocer el que se recibe, tanto contentamiento en practicar la virtud, en ser dulce, humano, tierno, caritativo, compasivo y generoso (…) que considero suficientemente castigado a quien quiera haya tenido la desdicha de no ser virtuoso. (…)
La Naturaleza nos ha creado a todos únicamente para ser felices. Sí, a todos, desde el gusano que se arrastra hasta el águila que se pierde en la nube. Por eso ha otorgado a todos los animales alguna partícula de la ley natural (…)
¿Cómo definiremos ahora la ley natural? Es un sentimiento que nos enseña aquello que no debemos hacer porque no quisiéramos que se nos hiciese a nosotros.”
Lo mismo que acababa de hablar con Patricia, pero escrito hace 267 años atrás… y seguimos dando vueltas alrededor de los mismos mambos existenciales, cuando, al final, es muchísimo más sencillo… Amarnos como especie, pero no en un sentido narcisista, sino en un sentido de absoluta entrega…
Al volver a casa tras la jornada laboral, mi amigo Leon Zaldivar Jarabo, de Zaragoza, España, me recomendó leer un artículo que leyó y que sintió que debía leerlo. Para coronar el día, me encontré con lo siguiente:
“El espíritu del tiempo parece inexorable. Pero como decía Pasolini, porque el mundo siempre puede ir a peor, no hay que dejar de luchar. No se trata aquí de la lucha que empuña las armas, sino de la lucha que empuña el gesto de hacer con amor, esto es, incondicionalmente fraterno, como la única arma de revolución posible.”
Me acordé de Abby Viale, una de las mejores fotógrafas que conozco, quien tomó todas estas fotos, que hace unos días atrás me dijo: Es tan lindo cuando todo sale bien… A lo que yo le respondí: Todo el tiempo sale todo bien…
Y creo que es así; siento que es así…
Invariablemente, si actuamos desde el amor y a conciencia, seremos felices.
Será hasta la semana que viene,
Brian Longstaff.-
Eduardo Vignau Jan 11 , 2015 at 01:33 PM /
Muy bueno!!!
Mica Sanchez Jan 11 , 2015 at 05:00 PM /
¿cómo ser marginado en estas épocas? ya no mas el anarquismo, el anti capitalismo, la revolución que se busca… el cambio va de la mano del amor. Nada mas ni nada menos, por lo que seguimos adelante! De hablarle a las hormigas desde muy chiquita (sisi una loca barbara) a seguir hablándole a las plantas, los animales, es la constante en la vida sentir y ser parte de una unión natural. Hay que convencer a los demás de que todos poseemos esa capacidad de amar en armonía. Excelente boletín como siempre Brian, abrazo!!
Patricia Aguera Jan 11 , 2015 at 05:07 PM /
GRACIAS!!!!!!!!
Cora Perez Jan 12 , 2015 at 03:40 AM /
APor muchos años de Ploff , a seguir sembrando conciencia. GRACIAS!
Olga Aguera Jan 12 , 2015 at 10:58 AM /
muy buenas reflexiones !!!!!!!!!!!para poder armonizar el mundo primero hay que armonizar el corazón !!!!!!!!!!!!1
Silvina Baglietto Jan 13 , 2015 at 05:37 AM /
gracias!!