El Fuego y la Palabra
Es difícil no frustrarse a veces… ni bien uno baja los brazos un poquito, el pesimismo te pega como un golpe de calor. Pesimismo que se defiende disfrazándose de realismo. Porque hay ciertas realidades que son incareteablemente ciertas. Nuestro mundo, al menos hasta hoy, está regido por intereses económicos. No hay forma de agarrar y decir Nooo, bueeeno, en realidad la paz es la directora de la toma de decisiones en el mundo… NO… eso no pasa. Al menos no hoy. En nuestros días, el dinero sigue siendo el motor que mantiene andando todo ficticiamente…
En otros boletines abordamos la hipocresía del dinero y hasta intentamos desglosarlo en un día de votaciones, así que no me detendré mucho en esto ahora…
Lo cierto es que el dinero hoy en día le da poder a la gente (la ficción se extiende tanto que llegamos a dividirnos por status sociales acorde a la acumulación de bienes materiales que tenemos); el conocido billetera mata galán, mata cordura, frugalidad, mesura, simplicidad, mata al Tiempo. Y el PODER, en efecto, está centralizado en unos pocos hijos de sus madres… y se entiende acá como uno puede llegar a sentir el descorazonado pensamiento de que cualquier intento de cambiar las cosas para bien se verá siempre acallado por fuerzas que parecen excedernos.
Pero tenemos que intentar, al menos para no tirarnos tanto para abajo, de ver las cosas de otra manera. De tratar de ir más allá de las frías estadísticas que nos dicen que todo está para el c@raJo, y buscar la forma de seguir generando ideas sin sentir que no llegarán a nada… necesitamos volver a confiar en nosotros mismos y en nuestro potencial individual y colectivo.
“Cuando el hombre es aún ignorante, se aferra obsesivamente a la razón, cree ciegamente en la descripción de la realidad que realiza la razón, se torna esclavo de la razón y, consiguientemente, hace del pensar, su faena inacabable. Aferrado a la razón, el hombre racional se condena a sí mismo a aceptar solamente las cosas racionales y razonables, rechazando todo aquello que no ingresa dentro de esos reducidos y rígidos esquemas, los cuales defiende con el fanatismo religioso, con dogmatismo intransigente, con tecnosoberbia que le impide comprender experiencias profundas y trascendentales a las que, en su visión reducida, considera patológicas.” – (Chamalu, 1991)
No hay que ahogarse en tecnicismos. Para entender (ya sea entre amigos o en una cumbre internacional entre presidentes latinoamericanos), primero debemos escucharnos y luego pensar acciones conjuntas para mejorar la realidad en la que vive el planeta. Acciones que incluyen lo técnico, pero como cientificismo direccionado. No: hacer Ciencia por la Ciencia (desviviéndonos por encontrar una sola descripción de la realidad), sino hacer Ciencia para lograr la correcta SIMBIOSIS: Planeta-Ser Humano.
Tratando de no escuchar tanto a la razón (que a veces no ayuda a generar consenso al estar permanentemente buscándole la quinta pata al gato), sino de simplemente decir lo que siento, lo que intuyo como correcto. Pienso, me permito imaginar y esbozar un pensamiento sobre si estamos o no transitando un cambio de paradigma, un cambio en la forma en la que vemos e interpretamos la realidad.
Y a veces uno tiene la suerte de encontrar a la pasada a otras voces que escuchan y comparten y dicen lo que sienten al respecto. La gente se junta para hablar de distintos problemas que nos afectan y no solemos atender dentro de nuestra rutina. A veces esa gente se harta de todo y decide hacer una radio para que sean otros los que puedan escuchar, compartir y seguir diciendo lo que sienten al respecto.
Un excelente ejemplo son Anabel Reta, Sebastián Lentini y Ana Porcelia, que juntos armaron “El Fuego y La Palabra”, un programa que sale por Radio La Colectiva, todos los sábados de 16 a 17 hrs., y se puede escuchar online. Hace dos sábados atrás, tuve el gusto de charlar con ellos sobre diferentes temas –pueden escuchar la entrevista completa haciendo click acá– y Sebastián me preguntó sobre el cambio de paradigma, y me permití decir lo que mi opinión sentía al respecto:
“Es un momento en la existencia humana donde el paradigma está cambiando… Los últimos 200 años fueron extractivistas, por decirlo de alguna manera… y el cambio de paradigma viene de la mano con nuevos medios de comunicación, con internet; con TRASCENDER las fronteras de los países y unirnos a nivel mundial entre otras personas que están pensando las mismas cosas que nosotros; buscar formas de seguir extrayendo recursos naturales pero respetando los tiempos que le toma a la naturaleza reponerse; cambiar la forma en la que vemos el progreso y que vaya de un objetivo económico a un objetivo más espiritual…”
“El cambio de paradigma no está todavía plasmado y no podemos decir que “el nuevo paradigma” es TAL COSA… El nuevo paradigma se está gestando HOY, hablando en radios en comunicaciones entre La Pampa y Buenos Aires, hablando con gente de otros lados del mundo, invadiendo internet con radios y con páginas y con blogs, manteniéndonos conectados a través de redes sociales… todo eso es parte de un nuevo paradigma… En los próximos años se estará definiendo la cosa y la idea es que cuando seamos más viejitos, nuestros hijos reciban un mundo un poco más encarrilado y un poco más en equilibrio y ahí, ellos, posiblemente, van a poder mirar atrás y decir OKEY, éste es el paradigma que estamos viviendo…”
Es muy difícil a veces hablar de ciertos conceptos que son todavía nuevos y están todavía conformándose. Sustentabilidad, Cambio de Paradigma, Matriz Energética Renovable, Ecoturismo, Ecología Profunda, Frugalidad, todos conceptos cuyos límites son, por el momento, muy difusos.
“Cuando llegué a la antropología, se estaba produciendo en ella una fuerte reacción contra el uso de analogías imprecisas, especialmente contra la analogía espenceriana entre Organismo y Sociedad. Gracias a esta creencia mística en la unidad que traspasa todos los fenómenos del mundo, evité una buena cantidad de desgaste intelectual. Nunca tuve la menor duda de que esta analogía era fundamentalmente sólida; dudar entonces habría sido emocionalmente muy costoso. (…)
Mi visión mística de los fenómenos contribuyó específicamente a contribuir este doble hábito mental: me llevó a “corazonadas” sin control y, al mismo tiempo, me obligó a ejercitar un pensamiento más riguroso sobre estas corazonadas” – (Gregory Bateson, 1976)
Pero la clave está en sentir primero, escuchar la corazonada, seguir la intuición, no descartarla… Luego, pensar qué es correcto hacer, y recién ahí investigar para llegar a corroborar y llevar a cabo lo que siento…
Por ejemplo, de la misma forma en la que cuando la temperatura desciende hasta alcanzar el punto de rocío en el cual el vapor de agua contenido en el aire comienza a condensarse alterando por completo la visibilidad, ergo, la realidad misma, produciendo rocío y niebla, lo mismo ocurre con los grados de concientización social. Si ésta aumenta al punto crítico donde, en vez de que sea sólo un movimiento emergente, pasa a ser parte de la cultura básica del ciudadano del mundo, entonces pasa a materializarse en toda nuestra realidad y podremos cambiar el mundo.
Ahí tienen otra analogía-mística-natural-medio-laxa y sin dato técnico que lo avale. Sin embargo, cumple su función de generar un entendimiento más profundo de nuestro existir y de lo que podemos llegar a hacer reaccionando en masa. Las palabras de Deepak Chopra de siempre: “La gente está haciendo todo lo que puede… dados sus niveles de conciencia…”
Será hasta la semana que viene,
Brian Longstaff.-
Bibliografía:
Luis Espinoza (Chamalu). “Ecología Chamánica”. Ediciones Obelisco. España, 1991.
Gregory Bateson. “Pasos Hacia Una Ecología De La Mente”. Ediciones Carlos Lohlé. Buenos Aires, 1996.
Fotos de Flickr (de Mariano Peccinetti) y de Pinterest – Seleccionadas por Abby Viale.
Gracias nuevamente a los chicos de “El Fuego y La Palabra”
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