La necesidad de una participación ciudadana. (Y no necesariamente a través de la política)
En el boletín consciente de la semana pasada les dejé este link con un documental de 54 minutos sobre el comercio del mineral coltán en el Congo. En caso de que no lo hayan visto, se los vuelvo a recomendar, es muy corto e informativo. Lo pueden poner a cargar, y verlo con mates de por medio con alguien, o incluso solos; pero en lo posible véanlo.
En ese documental hay un par de cosas que me quitaron el sueño…
Me desvelé y empecé a escribirles.
En una entrevista con un empresario de una empresa de minerales, éste le cuenta a Patrick Forestier –periodista y creador del documental– que cuando un agente de la FBI se le acercó a discutir sobre sus negocios, luego de la expedición de una carta de la ONU donde se enlistaban las empresas que debían cesar sus actividades al estar fomentando, “indirectamente”, con el estado de guerrillas del país congoleño, éste le preguntó si sabía que estaba comercializando coltán congoleño sin saber su procedencia…
El empresario le dijo que si, y que “qué hay con eso…”
Nada, desde el FBI no le dijeron ni exigieron NADA… Después del informe de la ONU, no pasó nada. Nunca se interrumpieron los negocios de extracción de recursos con el Congo. El revuelo que se armó fue solo eso… un poco de bardo mediático, la ONU saca una carta, el mundo piensa que se está haciendo algo al respecto, pero no se hizo –hace- absolutamente nada.
“El coltán se envía a China, saben que es africano, pero les da exactamente lo mismo” – cuenta el empresario sin ningún problema.
Hay alrededor de 1000 millones de celulares en el mundo, la mitad se hacen en China.
Marco Olivier German, activista español por los derechos humanos, trae un poco de luz sobre el asunto:
“¿Para quién produce China? China es la fábrica del mundo, produce para nosotros. Las empresas que fabrican en China son por lo general filiales de empresas occidentales. Es fácil decir que el problema son los chinos, pero los chinos somos nosotros. La economía está globalizada, no podemos diferenciar entre las empresas occidentales, China y los demás actores. Todo es interdependiente.”
Por lo que, una vez más, el problema no se resume a un país, a una política de Estado, a una medida de la ONU, no. El problema surge de todos nosotros, de un problema globalizado, de un asunto cultural y moral. Lo que más me impacto del documental, fue un momento en el que el periodista le pregunta a los encargados de una distribuidora congoleña de coltán “¿quién fija el precio del mineral?”
Los tipos se le ríen en la cara… “Ustedes, los blancos fijan el precio al comprar los celulares…”
¿Y en nuestro país que pasa? Compramos un celular y nuestra consciencia se queda parcialmente conforme, porque el sticker pegadito al costado de la caja del celular dice “fabricado en Tierra del Fuego. Industria Argentina.”
¿Industria realmente Argentina?
No… porque la realidad es que la fábrica industrial que se encuentra en Río Grande, Tierra del Fuego, es solamente una ensambladora… Nada se produce localmente, simplemente llegan barcos y más barcos a los puertos allá bien lejos en el sur, donde pocos cuestionan, donde pocos preguntarán ¿de dónde vienen las materias primas?… Adivinen…
Como dice un artículo al respecto, “sólo el tergopor y las estampillas son de industria nacional. El resto, es traído de China en kits para ensamblaje”. Descreído, llamé por teléfono a un amigo que vive en Río Grande… “Es un garrón lo que pasa acá, nadie se entera de nada y lo único que llega a la provincia son materias primas de afuera y en las fábricas arman todo como un gran rompecabezas”
En un artículo titulado “La participación ciudadana, una herramienta clave con la que cuenta el medio ambiente”, Julieta Caporaletti destaca “la necesidad del acceso a la información pública por parte de todo ciudadano a fin de lograr una concientización individual, la cual en su conjunto da como resultado una sociedad permanentemente activa, atenta y capaz de reaccionar frente a toda situación que considere adversa o perjudicial, convirtiéndose no solo en el mejor agente de control político que pueda existir sino también en la principal fuente de propuestas”.
Y resalta 2 formas de actividades (propuestos por los Dres. Roberto Saba y Martín Bohmer) para que el ciudadano pueda participar de forma activa en la reconfiguración de la sociedad, que aquí les comparto:
1. La participación en organizaciones no gubernamentales que abogan ante el poder político ejerciendo presiones para que se tengan en cuenta determinados intereses (derechos ambientales, derechos de la mujer, derecho de los niños, etc.) – a su vez, este accionar está profundamente relacionado con aquel concepto de cambiar la “pirámide” social a un “rombo”, concepto que venimos acuñando desde Concientización Ploff, y en varios boletines, como en que intentamos buscarle objetividad al PBI.
2. La participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones de gobierno en un sentido formal e institucionalizado. Es aquí donde existen herramientas legales que son fuente de dicha participación, entre ellas se encuentra: la audiencia pública, el referéndum, la revocatoria de mandatos, el plebiscito, la iniciativa popular, etc.-
La propuesta para hoy es, entonces, obvia y sencilla: tenemos que intentar hacer alguna de las dos cosas… Al menos un tiempo, un porcentaje, un cachito de nuestra rutina tiene que ser re-direccionado hacia el restablecimiento de lazos fuertes con la naturaleza. Y para ello, nos tenemos que informar, tenemos que ESTUDIAR al respecto, leer, buscar información, auto-intrigarnos, y dejar de perder el tiempo con banalidades…
Existen un montón de leyes de corte ambiental en nuestro país. Algunas las presentamos en el Boletín Consciente N° 131, pero no todos las conocen. El cumplimiento de estas leyes, va más allá de reclamar que los políticos hagan lo que deben hacer… El cumplimiento de estas leyes sería una consecuencia natural del pedido generalizado de la gente. Como dice Deepak Chopra, la gente está haciendo lo que puede, dados sus niveles de conciencia…
Por eso debemos correr la voz, informarnos, para que el reclamo sea tan generalizado, tan amplio, que el cambio sería literalmente incareteable… Si el reclamo es Total, Masivo, entonces no quedaría otra que cambiar, no habría otra opción.
Si cambiamos nuestra cultura, si logramos cambiar nuestros hábitos de consumo, sin que ningún político lo proponga desde arriba como solución mágica, sino simplemente porque TODOS queremos cambiar y hacernos escuchar, luego todo sería más sencillo. Porque si la cultura de un pueblo es la que grita el cambio, entonces ahí a la política no le queda otra que amoldarse al cambio. La política debe reflejar las necesidades de la sociedad, y no al revés.
A finales del año pasado, nos preguntábamos si Queremos Cambiar. Y mencionamos la situación en la selva amazónica del Ecuador, donde se están llevando a cabo medidas para extraer petróleo de la Reserva Yasuní, hogar del 80% de la biodiversidad del planeta.
En un documental sobre la cosmovisión indígena del buen vivir de los aborígenes de la reserva que les dejo para que vean acá, el EX-ministro de Energía y Minas de Ecuador dijo unas palabras que resumen todo el boletín de hoy:
«El reto no es simplemente esperar que el gobierno cumpla con la Constitución, sino que la sociedad se APROPIE de la Constitución.”
Será hasta la semana que viene,
Brian Longstaff.
Pd. Fotos extraídas de Google, menos la del “pirámide/rombo” social, que la hice en Paint para aquel boletín. Por otro lado, en una semana, el documental sobre el coltán fue subido 3 veces a YouTube y anulado… si el link llega a no estar online, pueden buscar el documental ingresando “Patrick Forestier Coltan” en el buscador de YouTube y aparece.
Pd 2. Especial agradecimiento a Federico di Pietro por el aporte del pdf. de Participación Ciudadana.
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